Nicolás Maduro, en otro arranque de simulada simpatía, dramatizó, ante las cámaras de la televisora estatal, un nuevo episodio de su vida privada.
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“Aprovecho las reflexiones de este encuentro, este encuentro tan bonito aquí, entre músicos, intelectuales, creadores, líderes, gobernantes, deportistas, la primera combatiente, Cilia Flores, no la había saludado y eso podría ser un problema más adelante, el día de hoy”, confesó Maduro con una sonrisa nerviosa.
“Cilia Flores de Maduro, te saludo”, dijo mientras su esposa asentía con la cabeza.
“Imagínense que no la saludara…”, insistió Maduro, poco antes de retractarse y seguir: “Mentira, ella no dice nada…”
Justo después pasó a imitarla, con acento lleno de sarcasmo: “¡Claro que no te voy a decir nada!, porque tú dices que yo te digo, sino te digo nada… ¿por qué, inventor?”.