Glándulas de mono. Testículos de cabra. Leche de burra fermentada. Todos han sido investigados a lo largo de los siglos por aquellos que buscan el escurridizo elixir de la eterna juventud. Hoy, sin embargo, el sueño ha seguido adelante. Olvídese de los sueros faciales para que parezca que tiene 24 a los 94: el antienvejecimiento ahora tiene un propósito serio.
Por Infobae
Algunas de las mejores mentes científicas del mundo se dedican a explorar cada gen y cada célula de nuestro cuerpo para averiguar cómo evitar el proceso de envejecimiento y mantenernos más sanos durante más tiempo. Financiado por multimillonarios como el jefe de Amazon, Jeff Bezos, la llamada “ciencia del rejuvenecimiento” es ahora un gran negocio, que se desarrolla en el corazón de Silicon Valley.
Las nuevas ideas anti-envejecimiento van desde tratamientos farmacológicos hasta procedimientos que suenan locos, como inyecciones con la sangre de una persona joven. Y, sorprendentemente, hay algo de ciencia sólida detrás de esto último.
Varios estudios en la década de 1990 y principios de la década de 2000 mostraron que los ratones más viejos inyectados con la sangre de ratones más jóvenes vieron un aumento en las proteínas responsables de reparar el tejido dañado, así como una mejor función cerebral, muscular y hepática. El Instituto Nacional de Salud del Gobierno de los Estados Unidos está financiando investigaciones independientes sobre el tratamiento.
La búsqueda de la inmortalidad ya no es el foco. Más recientemente, también se trata de extender algo llamado “esperanza de vida saludable”. El término, que significa el número de años transcurridos antes de desarrollar enfermedades crónicas relacionadas con la edad, ha sido discutido con frecuencia por los ministros del Reino Unido en las últimas semanas como parte de la agenda del programa “Leveling Up” del gobierno.
Uno de los objetivos clave es reducir la brecha en la esperanza de vida saludable promedio entre las áreas más desfavorecidas y las más ricas del Reino Unido. En Blackpool, la esperanza de vida sana es de solo 55 años, en comparación con los 71 del frondoso Richmond upon Thames, en el sur de Londres.
Los ministros se han comprometido a aumentar la esperanza de vida saludable promedio nacional de 63 a 68 años para 2035. Pero el británico promedio puede esperar vivir hasta los 80 años, y nadie quiere vivir más de una década con mala salud. Ahora, los expertos han asumido el desafío de extender aún más nuestra “vida útil”.
En este sentido, la profesora Dame Linda Partridge, genetista del University College London, aseveró en diálogo con el Daily Mail: “Existe un imperativo ético para tratar de encontrar formas de mantener a las personas saludables por más tiempo, para tratar de reducir este período de pérdida de función al final de sus vidas”.
Un método que se está explorando es dar a las personas sanas medicamentos que tratan enfermedades como el cáncer y la diabetes años antes de que se desarrollen.
En 2014, investigadores de EEUU hicieron un descubrimiento notable sobre un antibiótico que generalmente se administra a pacientes trasplantados. En experimentos, los perros que recibieron el fármaco, llamado rapamicina, en la mediana edad tenían una función cardíaca superior a la media para su edad. También tenían menos probabilidades de sufrir problemas cardíacos relacionados con la edad más adelante en la vida, en comparación con un grupo de perros que no recibieron el medicamento.
Otros estudios en animales han encontrado que puede aumentar la esperanza de vida general hasta en un 38% y dar como resultado más energía más adelante en la vida de la criatura.
Los primeros estudios en humanos muestran que tiene un efecto rejuvenecedor en el sistema inmunológico. Investigadores de la Universidad de Stanford encontraron que las personas mayores que recibieron rapamicina durante seis semanas tuvieron una respuesta inusualmente fuerte a la vacuna contra la gripe y desarrollaron menos infecciones, en comparación con un grupo que no recibió el medicamento.
Actualmente hay más de 2000 ensayos que analizan el efecto antienvejecimiento de la rapamicina en todo el mundo, 1000 de ellos en los EEUU.
Otro fármaco que se está investigando es el tratamiento de la diabetes metformina, que se ha utilizado desde la década de 1950 para reducir los niveles de azúcar en la sangre. Pero los estudios encontraron que las personas que lo toman viven más que las que toman diferentes medicamentos para la diabetes, y marginalmente más que las personas que no tienen diabetes.
Entonces, ¿cómo funcionan estos medicamentos? Los científicos creen que el efecto en el cuerpo es similar al de las dietas de ayuno, conocidas desde hace mucho tiempo por sus beneficios antienvejecimiento.
Se ha demostrado en estudios que la restricción calórica tiene un efecto rejuvenecedor en las células dañadas. La falta de nutrientes hace que el cuerpo descomponga sus propias células para obtener energía, y las primeras en acostumbrarse son aquellas que están dañadas o funcionan mal. Esto da como resultado una eliminación de células viejas y medio muertas, que podrían haber causado enfermedades en la edad adulta, mientras que permanece una mayor proporción de células sanas.
Los estudios han demostrado que la cantidad de células muertas que tiene una persona está directamente relacionada con el riesgo de padecer afecciones relacionadas con la edad, como demencia, cáncer y diabetes, entre otros problemas relacionados con la edad.
El ayuno también hace que el cuerpo comience a usar las reservas de grasa como combustible, lo que estimula la liberación de una sustancia química que, según se ha demostrado en algunos estudios, promueve nuevas conexiones en el cerebro, lo que estimula la cognición.
Medicamentos como la rapamicina y la metformina engañan al cuerpo para que piense que los nutrientes son escasos, lo que desencadena el mismo efecto. Las empresas de Silicon Valley que invierten en la investigación de estos medicamentos han ideado un nuevo término para ellos: senolíticos. Y algunos están siendo modificados para revertir específicamente los efectos del envejecimiento.
Estudios estadounidenses han encontrado que los animales que recibieron el medicamento senolítico dasatinib, que ya se usa para tratar la leucemia, tenían menos probabilidades de desarrollar desmoronamiento de la columna relacionado con la edad. También se descubrió que aumenta la esperanza de vida del animal en un 25% y mejora la función cardíaca y renal en la edad adulta.
Una nueva empresa con sede en California, Unity Biotechnology, está desarrollando medicamentos que se dice que purgan el cuerpo de células envejecidas y moribundas. La compañía dio a conocer los primeros hallazgos de su primer estudio en humanos, analizando si un senolítico recientemente desarrollado podría mejorar la pérdida de visión relacionada con la edad, e informó una mejora en la visión y una reducción del daño a la retina, el tejido en la parte posterior del ojo que envía imágenes al cerebro. Además, ya se están realizando estudios más amplios.
Otros científicos respaldados por Silicon Valley creen que el secreto para hacer retroceder el reloj está en nuestros genes. En 2006, el científico japonés Shinya Yamanaka descubrió los pequeños ajustes en nuestro ADN que podrían transformar las células en versiones más jóvenes de sí mismas. Hoy en día, varias empresas emergentes de Silicon Valley, incluida la firma Altos Labs de Jeff Bezos, están estudiando esta tecnología para ver si puede prevenir enfermedades relacionadas con la edad.
Estudios anteriores han encontrado que el uso de estos ajustes genéticos redujo los signos de envejecimiento en ratones y prolongó la vida útil general en seis semanas. Otro estudio de 2020 encontró que la técnica podría restaurar completamente la vista de ratones envejecidos.
¿Estas innovaciones son la clave para la eterna juventud, o incluso para ser más saludable en la vejez? Sólo esperamos estar por aquí el tiempo suficiente para averiguarlo.