De futbolista frustrado y albañil a convertir a su hijo en el jugador más caro de la historia: los secretos del padre de Neymar

De futbolista frustrado y albañil a convertir a su hijo en el jugador más caro de la historia: los secretos del padre de Neymar

El padre de Neymar se ha convertido en el jefe de su hijo y el agente del fichaje más caro de la historia del fútbol (Foto: Getty)

 

 

Su vida siempre giró en torno al fútbol. Pese a que también probó con otros empleos al notar que su carrera deportiva no iba a despegar, Neymar da Silva Santos decidió no cortar ese lazo con el deporte más popular en Brasil por más modesta que fuera su trayectoria como jugador. Sus constantes traspiés y un grave accidente eclipsaron los pocos aciertos, lo que fue empujándolo hacia una cotidianeidad más terrenal. Probó con varios oficios para subsistir en los suburbios de São Paulo e intentar que maquillar carencias ante sus hijos Rafaella Santos y Neymar Jr., el niño que llegó para volver a conectarlo con su pasión y cambiar su realidad por completo: desde pequeño mostró un talento innato para el fútbol y con el tiempo se transformó en una máquina de generar dinero.





Por Infobae

“Mi padre me lo enseñó prácticamente todo. Siempre cuidó de mí, las 24 horas del día. Llega un momento en el que ya no quieres eso. Acabas perdiendo a tu padre”, advierte la estrella del PSG en su documental de Netfilx. La relación entre ellos sufrió una metamorfosis. Ese vínculo de padre-hijo fue diluyéndose y su relación terminó pareciéndose más a la de dos socios comerciales.

El padre de Neymar es una figura muy reconocida dentro de la élite del fútbol mundial. Ha utilizado los dotes de su hijo para crear un imperio a su alrededor. Desde que Ney era adolescente, se encargó de edificar ladrillo por ladrillo su imagen y la explotó al máximo. Sus años como albañil, mecánico o funcionario de tráfico en Brasil ya han quedado atrás, ahora viaja en jet privado por todo el planeta para cerrar negocios en nombre de la empresa NR Sports.

 

Neymar y su papá tienen una relación donde se mezcla su vínculo padre-hijo con los intereses comerciales.

 

No hay grandes registros sobre su etapa como futbolista, ni por asomo logró destacar tanto como lo haría su hijo. Fue un jugador de perfil muy bajo, no pasó de las categorías de ascenso. Un reportaje del diario UOL lo define como un “jugador serio y muy discreto”. En su currículum hay una larga lista de clubes como Coritiba, Catanduvense, Linense, Lemense, Portuguesa Santista, Bragantino y Paraná Clube, aunque fue en un equipo de la localidad de Mogi das Cruzes donde más logró destacarse.

Jugaba de volante ofensivo y dejó grandes recuerdos en União Mogi FC, a donde llegó en 1989 para jugar en la entonces División Intermedia (actualmente Série A2) del Campeonato Paulista. Según cuenta un artículo del portal Última Divisão, sus buenas actuaciones lo pusieron en el radar de Rio Branco de Americana, pero la negociación no se concretó porque 10 directivos juntaron dinero para retenerlo.

Unos años más tarde, en junio de 1992, al poco tiempo del nacimiento de su hijo varón, Neymar da Silva Santos sufrió un accidente automovilístico viajando con su familia a la costa de São Paulo. “Todavía estaba jugando profesionalmente en ese momento. Había jugado el domingo, recogí a mi familia y me dirigía a Santos para visitar a nuestros familiares que eran todos de aquí. Y bajando la montaña, un día de lluvia, la carretera era de doble sentido y nos fuimos al encuentro. Cuando logré desviarme del auto, me fui al costado de la carretera pero estaba en quinta y tuve que frenar el auto; Busqué aceleración, pero no hubo más tiempo”, relató al portal Rede Globo en una entrevista en junio de 2013.

Afortunadamente, no hubo víctimas fatales pero él sufrió una ”luxación de pelvis“ que le imposibilitó volver a jugar al fútbol por prácticamente un año. Quizo seguir intentándolo, no se dio por vencido. Pero en 1997, después de lograr el Campeonato Matogrossense como jugador del Operário-MT de Várzea Grande, decidió retirarse del fútbol con 32 años.

Tuvo algunos empleos que lo ayudaron a solventar gastos para darle a Neymar los recursos necesarios para dar sus primeros pasos hacia el estrellato mundial. Hasta 2009, cuando su hijo cumplió 17 años e hizo su debut profesional en el Santos FC, fue empleado de la Empresa de Ingeniería de Tránsito (CET). No obstante, ya llevaba un largo tiempo como agente de su primogénito.

En la miniserie que se estrenó el pasado el pasado 25 de enero, el padre de Neymar presume de los negocios que hizo cuando su hijo estaba en su etapa formativa: en 2005, cuando Ney tenía 13 años lo hizo firmar un contrato de 500.000 reales brasileños con el Santos tras haber rechazado un ofrecimiento para fichar por el Real Madrid. Ese fue el punto de partida de un fenómeno mediático que cinco años más tarde ya generaba 11 millones de reales, es decir, 20 veces más que lo que cobraba en el club.

 

Neymar Pai junto a Nasser Al-Khelaïfi, presidente del Paris Saint Germain, en la fundación que lleva el nombre de su hijo (Foto: EFE)

 

Al advertir sobre estos beneficios, empezaron a posar el foco en su imagen. A partir de 2010, el Santos FC le devolvió el 50% de los ingresos por los derechos de imagen al padre de Neymar y acordaron dividir gradualmente estas ganancias obtenidas en conjunto. Poco a poco la estructura alrededor del atacante empezó a crecer. Desde muy joven tuvo fisioterapeuta y preparador físico, pero a su alrededor empezó a montarse una estructura que actualmente es conformada por varias empresas, con cientos de empleados y que mueven cifras millonarias.

“No es una gestión fácil. Estamos tratando con una marca y estamos preparando esa marca para cuando deje de jugar. Se trata de un negocio muy grande si sabemos cómo hacerlo. Estamos en la mitad de la carrera de Neymar. Dentro de siete, ocho años, cuando termine su carrera, se consolidará su marca”, explica Neymar da Silva Santos en la miniserie de Netflix. Su intención es que su hijo pase a la posteridad como Pelé, Zico, Romário, Ronaldo u otros emblemas de su país.

No obstante, es innegable que la relación entre Neymar y su padre se ha vuelto tensa. Han estado juntos en los momentos de gloria, como en la consagración de los Juegos Olímpicos de Río 2016, pero también en los períodos turbulentos, como cuando el jugador decidió irse al Barça para jugar en Paris Saint Germain y también cuando intentó regresar. Como en toda relación comercial, hay desacuerdos y discusiones entre ambos. Una de las conversaciones más explosivas la tuvieron tras la denuncia por violación que le hizo la modelo Najila Trindade en 2019, un caso que terminó archivándose por falta de pruebas.

“Cuando pasa algo contigo, lo que me preocupa es que destruyamos lo más importante que hemos creado: la estructura de tu imagen”, le dice Neymar padre a su hijo, quien reconoce que a veces su papá pone más énfasis en los aspectos financieros que en los emocionales. Cada vez que hubo situaciones que pusieron en jaque la imagen del jugador, como su paternidad prematura con 19 años, fueron tratados bajo el mote de “gestión de crisis” para mantener a salvo el negocio.

Neymar acaba de cumplir 30 años y su carrera ha entrado en la recta final. Todavía tendrá varias temporadas por delante para lograr grandes cosas, pero ya ha manifestado que no está físicamente fuerte y mentalmente fresco como cuando empezó a deslumbrar al mundo. Su papá prefiere tener otra perspectiva y se mantiene firme en su afán de protegerlo para que su trayectoria pueda estirarse lo máximo posibles. “No puedo dejarlo porque si lo dejo, va a ser corrompido por algo, manipulado, por lo inocente que es. Y puedes tirar todo lo que hicimos por cualquier cosa. Neymar, solo, puede arruinar todo eso”, argumenta en el documental.

Después de guiarlo en una meteórica transición desde los orígenes más humildes hacia la celebridad absoluta, Neymar da Silva Santos puede gozar de las mieles de haber cumplido con el objetivo que tenía con su hijo: es el dueño de la camiseta número 10 de la selección de Brasil, a quien le dio la primera medalla olímpica de oro en su deporte predilecto. Ney se ha posicionado entre uno de los grandes exponentes del fútbol, eje central de su vida, porque así lo quiso su padre.