Carrie Johnson, la esposa del primer ministro británico, una experimentada política acostumbrada a operar entre bastidores, quedó en el centro de la escena debido a los escándalos que envuelven a Downing Street.
La ex jefa de comunicaciones del partido Conservador, de 33 años, mantuvo un perfil bajo desde que Boris Johnson asumió como primer ministro en 2019.
No ha dado entrevistas y solo aparece al lado de Johnson en eventos especiales, como cumbres internacionales y la conferencia anual de los conservadores, en octubre.
Pero, cada vez más, enfrenta acusaciones de influir demasiado en temas que le interesan, en particular el medio ambiente y los derechos animales, y en nombramientos de responsables.
Gran parte de la ofensiva provino de Dominic Cummings, un ex asesor de Boris Johnson, y tomó mayor prominencia con una nueva biografía escrita por Michael Ashcroft.
“Mi libro muestra que el comportamiento de Carrie está impidiendo que el primer ministro dirija Gran Bretaña con la eficacia que merecen los votantes”, escribió Ashcroft, ex vicepresidente de los conservadores, el fin de semana pasado.
Los defensores de Carrie Johnson dicen que las acusaciones contra ella son machista, mientras que los adversarios políticos de Johnson dicen que es el primer ministro quien debe rendir cuentas y no su esposa.
Tras la publicación de un extracto del libro de Ashcroft en el diario Mail on Sunday, la portavoz de Carrie Johnson lo desestimó como parte de una campaña contra la pareja por parte de “exfuncionarios resentidos”.
Carrie Johnson “es una persona privada que no tiene ningún papel en el gobierno”, dijo la portavoz.
VEDADO
Más recientemente, los Johnson han sido acusados de participar, o incluso organizar, algunas fiestas en medio del confinamiento, lo cual está bajo investigación policial.
Ambos deben ser interrogados pro la Policía Metropolitana de Londres.
Adicionalmente hicieron un viaje al Caribe y redecoraron la residencia de Downing Street con financiamiento de simpatizantes millonarios, a los que se suma una controversia por la evacuación de mascotas al cuidado de un ex soldado británico en Kabul, que supuestamente recibieron prioridad sobre algunas personas.
“Las vacaciones en Mustique, el decorado en Downing Street, los perros afganos, al menos una fiesta en Downing Street… el nombre de Carrie Johnson sigue apareciendo en relación con todos estos casos, a veces injustamente, a veces no”, señalo Paul Goodman, editor del influyente blog ConservativeHome.
Otros la han defendido, incluyendo el secretario de Salud Sajid Javid, quien la tuvo de consejera especial en 2016. Consideró injusto el trato que recibe y lo atribuyó al machismo.
Ash Sharker del izquierdista Novara Media, coincidió en que muchas de las críticas son “motivadas por misoginia”.
“Pero ella es también una operadora política por derecho propio y no tenemos medios convencionales para que rinda cuentas”, dijo a la cadena de televisión Sky News.
BODA SECRETA
Carrie Symonds, hija de Matthew Symonds, cofundador del diario The Independent, y de una abogada. Creció en el suroeste de Londres y asistió a una escuela privada antes de estudiar teatro e historia del arte en la universidad.
Comenzó a trabajar para los conservadores en mercadeo en 2010, y su primer contacto con Johnson fue al trabajar en su campaña de reelección como alcalde de Londres en 2012.
Posteriormente ocupó cargos en la política y en la sede de los conservadores, siendo incluso directora de comunicaciones, pero dejó el puesto en 2018.
Integró el equipo de mercadeo del grupo conservacionista Oceana antes de pasar a The Aspinall Foundation, una entidad de bienestar animal.
Habría comenzado a salir con el actual primer ministro en 2018, cuando él aún estaba casado con su segunda esposa.
Cuando reemplazó a Theresa May en julio de 2019, Johnson se convirtió en el primer jefe de gobierno británico en asumir como primer ministro sin un cónyuge a su lado.
La pareja anunció su compromiso a inicios de 2020, tras la conclusión del divorcio de él, y se casaron en una “ceremonia secreta” en mayo del año pasado.
Entre tanto, la pareja tuvo su primer hijo juntos, el sexto de Boris Johnson, nacido en abril de 2020, poco después de que él se recuperara de covid-19.
El niño se llama Wilfred, y en diciembre pasado tuvieron una niña llamada Romy.
AFP