Las cosas andaban tan mal en Venezuela que la respuesta fue Chávez Frías, aunque jamás habitamos y nos habituamos a la catástrofe. Sí, la misma que exacta y deliberadamente él originó.
A un extranjero le asombra tanto que el nuestro haya sido el país de la Fundación Gran Mariscal de Ayacucho, como el de los artistas que, desde muy antes, no sólo se hicieron de la vanguardia internacional, sino que fueron nombres tan familiares en nuestros hogares. Incluso, a las grandes mayorías deleitaban con sus obras expuestas en museos (públicos) y galerías (privadas), en el tránsito dominical que se hizo regular costumbre, así no hubiese recursos para adquirir la más modesta pieza.
Nos enteramos que el Kunstmuseum Stuttgart (Alemania), exhibirá prontamente el trabajo gráfico de la venezolanísima Gertrud Goldschmidt, cedida en calidad de préstamo por la Fundación Gego que tendrá como preámbulo un perfomance denominado “Cuerdas, simple medida”, bajo la responsabilidad de la coreógrafa Claudia Capriles. Por cierto, inspirado en un esfuerzo similar que realizó la insigne Sonia Sanoja, por 1977, en los espacios del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas (*): sólo imaginarlo, nos conmueve.
De Gego supimos, como no lo saben las nuevas generaciones y ni siquiera del nieto que ya ha ocupado los espacios del Louvre, Elías Crespín. Ella aportó a nuestra riqueza espiritual que la hubo y mucha, ahora demolida y gaseada por un régimen grotesco al que Farruco Sesto quiso darle unos gruesos brochazos de barniz que ya ni los sucesores intentan.
La democratización del saber tuvo correspondencia con la del arte, por ejemplo, y, no por casualidad, está en ruinas el complejo residencial y exiguamente comercial de Parque Central en Caracas, trenzado precisamente por la Goldschmidt. Superada la desgracia, ojalá haya tiempo de restaurar el lugar y todos los lugares donde ella, como sus contemporáneos, nos oxigenaron.
(*) https://www.elnacional.com/entretenimiento/el-kunstmuseum-stuttgart-le-dedica-una-exposicion-a-gego/