Abu Sa’d está siendo entrevistado por la revista del Estado Islámico, Dabiq, y narra su viaje a Siria. Habla acerca de la travesía que hizo, y menciona Venezuela como un punto de partida. También llama a los simpatizantes del grupo a atacar los intereses de la “Coalición Cruzada” en su país. Entre ellos, civiles, embajadas y negocios. De igual manera, pide a sus correligionarios “aterrar a los no creyentes en sus hogares y hacer correr sangre en sus calles”. En verdad, Abu Sa’d es Shane Crawford, uno de los ciento treinta ciudadanos de Trinidad y Tobago que viajaron a Siria para unirse al Estado Islámico. Era un antiguo criminal con antecedentes violentos. La entrevista le dio fama, y llevó a los trinitenses a poner atención al conflicto sirio. Sin embargo, también lo marcó. Shane Crawford murió por un ataque de un dron estadounidense en febrero de 2017.
Por Guillermo Calderón López | Descifrando la Guerra
La travesía de ciudadanos del archipiélago a Iraq y Siria es una muestra de cómo el terrorismo internacional ha afectado a Trinidad y Tobago. La posibilidad de un retorno de estos combatientes representaría una amenaza directa a su seguridad nacional. El miedo se exacerbó en julio 2016, con la detención de nueve ciudadanos trinitenses en Turquía, a los que se acusaba de intentar cruzar la frontera. De acuerdo con fuentes citadas por el Ministerio de Seguridad Nacional de Trinidad y Tobago, treinta de sus ciudadanos habían muerto en Siria para enero de 2018. Citaba que “entre ciento cincuenta y cuatrocientos combatientes del Caribe, especialmente de Trinidad y Tobago, habían vuelto”.
Con 1.3 millones de habitantes, Trinidad y Tobago es de los principales países con más ciudadanos per cápita que combatieron en Siria. Los ciento treinta que viajaron a Siria abarcan tanto hombres como mujeres y niños. Al menos treinta son combatientes, mientras que el resto son sus familias. Hay que resaltar el porcentaje de las mujeres, habiendo un radio de paridad entre ellas y los hombres a la hora de ir a Siria. Además, Trinidad y Tobago tiene una de las mayores proporciones de mujeres uniéndose al ISIS.
Aquellos trinitenses que se unieron al Estado Islámico no pasaron desapercibidos ante los líderes. Ascendían rápidamente de rango y eran respetados. El hablar inglés les daba valor propagandístico. El grupo los utilizaba para expandir su mensaje a lo largo del Caribe.
¿Por qué Trinidad y Tobago?
Para explicar el fenómeno de los yihadistas trinitenses, valdría la pena mencionar que Trinidad y Tobago no es ajena a la experiencia del terrorismo islámico radical. Posiblemente, parte de las razones por las cuales fue uno de los mayores exportadores per cápita de combatientes a Siria e Iraq, estén en el golpe de estado de 1990. Ese año, Yassin Abu Bakr, líder y fundador del grupo Jamaat al-Muslimeen, entró en el Parlamento junto con sus seguidores con el objetivo de derrocar al gobierno. Mantuvo durante seis meses como rehenes al primer ministro y a oficiales gubernamentales de la Casa Roja. También entraron en los cuarteles principales de la Trinidad and Tobago Television. Le dispararon al Primer Ministro, Arthur Robinson. Aquellos que tomaron las instalaciones de la televisora anunciaron el derrocamiento del gobierno. Sin embargo, a los seis días, los miembros de Jamaat al-Muslimeen se rindieron, y el gobierno tomó el control. Se calificó el incidente como acto terrorista, y se catalogó como la única insurrección de carácter islamista en el hemisferio occidental. Posteriormente, en 2012, un ciudadano trinitense fue sentenciado a cadena perpetua por participar en un complot para atacar el aeropuerto JFK de Nueva York.
Para un antiguo ministro de seguridad de Trinidad y Tobago, aquellos que hoy son combatientes extranjeros, comparten la misma vena ideológica con aquellos veteranos del intento de golpe de estado. Combatientes como Shane Crawford solían frecuentar la mezquita de los Jamaat al-Muslimeen.
No puede pasarse por alto el crecimiento del fundamentalismo salafista en las islas. Se afirma que el éxodo de yihadistas del Caribe hacia Medio Oriente es producto de años de trabajo de la Casa de los Saud, que financiaba un programa de adoctrinamiento en el Islam wahabí de la isla. Los sauditas llevaron a predicadores de La Meca. Estos, a su vez, han enviado a jóvenes a dicha ciudad, previo adoctrinamiento. Luego, estos adoctrinan a sus compatriotas. También hay que añadir la indiferencia de parte del gobierno trinitense ante el proselitismo fundamentalista. Posiblemente, esto se debe al respeto por parte del gobierno a la libertad religiosa, consagrada en la constitución. También están presentes la apatía a la religión, así como la tolerancia hacia todas las religiones. Un detalle a resaltar es que unirse al ISIS no está penado por la ley en Trinidad y Tobago, con aquellos yendo pudiendo mantener sus privilegios de ciudadano.
Asimismo, hay un cruce entre las pandillas y los grupos radicales islámicos. Una de las pandillas se llama “Unruly ISIS”, y varios de los movimientos derivados de Jamaat al-Muslimeen se han vinculado a esta. De hecho, la mayoría de las pandillas se derivan de esta agrupación. Un gran porcentaje de los que fueron a Siria fueron reclutados ahí. Tanto los pandilleros como los terroristas obtienen sus reclutas de los ghettos urbanos, donde abunda la droga y las rupturas sociales son la norma. En medio de la asociación entre redes radicales islámicas y pandillas, las primeras explotan las narrativas y la ideología política. De hecho la percepción del ISIS como una súper pandilla es uno de los mayores incentivos para unirse.
Otra motivación para que los jóvenes se unan a este tipo de organizaciones es una combinación de falta de oportunidades laborales, sentimientos de alienación, discriminación, desigualdad e injusticia. Se acusa al gobierno de “humillar a los musulmanes y musulmanas, encerrándolos, acusándolos de crímenes, y de querer cometer actos terroristas”. En algunos vídeos del ISIS, combatientes de las islas mencionan como algunos de sus correligionarios, especialmente los afro descendientes, se sienten perseguidos.
Miembros de distintas organizaciones islámicas afirman que las motivaciones se ven relacionadas con las “dificultades para vivir en Trinidad por el maltrato hacia los musulmanes”. Los afro descendientes enfrentan dificultades para entrar en escuelas de prestigio. De igual manera, las tasas de deserción escolar son altas. También hay motivaciones económicas, con un rumor afirmando que aquel que se uniera al Estado Islámico ganaría mil dólares al día. Otro factor es la influencia del reclutador del ISIS, Abdullah el-Faisal. El-Faisal fue quien radicalizó a Germaine Lindsey, uno de los terroristas suicidas que se inmolaron el 7 de julio de 2005 en Londres. Umar Abdullah afirma que varios de los seguidores de Nazim Muhammad se radicalizaron con los discursos de el-Faisal.
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