Los Juegos Paralímpicos de Pekín, que se celebran en la capital china hasta el 13 de marzo, quedaron inaugurados tras una ceremonia muy emotiva en la que la delegación ucraniana se llevó los mayores aplausos de los espectadores y el presidente del Comité Paralímpico Internacional, el brasileño Andrew Parsons, hizo un alegato contra la guerra y terminó su discurso gritando “paz”.
La ceremonia comenzó con un grupo de esquiadores y deportistas de snowboard chinos descendiendo hasta el centro del estadio, desde dónde saludaron al palco de autoridades, en el que estaban presentes el presidente de China, Xi Jinping, y el presidente del IPC, Andrew Parsons.
Tras ese primer acto, un grupo de deportistas chinos paseó la bandera china por el estadio, al ritmo del himno nacional, hasta colocarla en un mástil para posteriormente ser izada.
A Pekín han acudido representantes de 46 Comités Paralímpicos nacionales para participar en 78 eventos de medallas en seis deportes.
Todos los países desfilaron por el estadio. El primero fue Bélgica, al que siguieron Japón, Dinamarca, Ucrania, Brasil, Israel, Canadá, España, Liechtenstein, Irán, Hungría, Islandia, Andorra, Finlandia, Croacia, Grecia, Argentina, Azerbaiyan, Letonia, Gran Bretaña, Rumanía, Francia, Polonia, Puerto Rico, Bosnia Herzegovina, Noruega, Kazajistán, Estados Unidos, Países Bajos, Georgia, Estonia, República Checa, Eslovenia, Eslovaquia, Corea del Sur, Chile, Austria, Suiza, Suecia, Mongolia, Nueva Zelanda, México, Alemania, Australia, Italia y China.
El país anfitrión, China, participa en estos Juegos con 96 deportistas, más del triple de la que fue su delegación más numerosa (26) en PyeongChang 2018.
De todas las delegaciones que desfilaron, en las que no hubo ningún representante del continente africano, la que más aplausos se llevó fue la ucraniana, que realizó el paseo con su bandera en cuarto lugar.
Los únicos tres países debutantes en estos Juegos son Israel, Panamá y Azerbaiyán, cuya participación en Pekín refleja el crecimiento que el movimiento paralímpico está teniendo en estas naciones.
Los deportistas que no estuvieron en Pekín, pese a estar en China desde hace unos días, son los rusos y bielorrusos, que han sido excluidos por el Comité Paralímpico Internacional (IPC) debido a las amenazas de otros países de no participar si estaban ellos.
Tras el desfile tomó la palabra Cai Qi, presidente del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Pekín, y Andrew Parsons, máximo dirigente del IPC.
“Quiero mandar un mensaje de paz en estos tiempos tan horribles. No queremos la guerra. La odiamos. Hay que hablar de diplomacia. La Tregua Olímpica y Paralímpica acordada en la 76 Asamblea debe ser respetada. Pretendemos un mundo más inclusivo, con menos discriminación, sin conflictos y sin ignorar a las minorías ni conflictos”, dijo Parsons.
“El deporte debe ayudar a unir a la humanidad. El movimiento paralímpico debe estar más unido que nunca contra los que violan este tipo de derechos. No queremos divisiones. El deporte debe transformar la vida de las personas en los países”, confesó el dirigente brasileño, que acabó su discurso gritando “paz”.
Tras los discursos oficiales, los fuegos artificiales iluminaron el cielo de Pekín de color morado, dando paso a una representación de las diferentes discapacidades (físicas, visuales, parálisis cerebral) que padecen los deportistas que participan en los Juegos.
Este montaje terminó cuando dos niños salieron de una multitud que estaba bailando en el centro del estadio y se acercaron a un hombre invidente para pintarle con un rotulador de color rojo, verde y azul el símbolo paralímpico en la mano izquierda que después levantó en señal de paz.
Ese gesto simbólico, de nuevo con el trasfondo del conflicto que se vive en Ucrania que presidió toda la ceremonia, concluyó con el izado de la bandera paralímpica mientras sonaba el himno del IPC con todos los espectadores del estadio puestos en pie.
La ceremonia concluyó con el relevo de la antorcha, portada por diferentes deportistas chinos con discapacidad, y que fue colocada en una figura geométrica en la que estaban representados todos los países con su nombre.
La ceremonia se celebró en el llamado ‘Nido del Pájaro’, el icónico estadio que ya albergó las ceremonias de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de verano de Pekín 2008.
EFE