A “Martincito” lo tenían cercado. El jueves a la tarde estuvieron a punto de detenerlo en Lomas de Zamora. Estaba a metros de la casa de su madre y se cayó de la moto, pero logró escapar de la Policía. Al día siguiente volvió al mismo lugar y esta vez lo detuvieron, aunque no les hizo fácil el trabajo a los agentes. Con apenas 15 años, tomó un revólver calibre .38 y disparó. Terminó detenido y en un hospital, con tres balazos en las piernas.
Por El Clarín
El adolescente, a pesar de su corta edad, ya tiene un prontuario criminal temible. Lo buscaban desde principios de año, cuando con tres cómplices asesinó a Lara Valentina Fernández, una chica de 17 años que estaba con amigos festejando el Año Nuevo en la calle, a la mañana, en Parque Barón. Todo para robarle un celular.
Por el asesinato ya había caído preso Cristian “Chula” Maidana (23). Ambos, además, están sospechados de haber cometido otro homicidio, ocurrido en agosto de 2019, que tuvo como víctima a Javier Silva (27), padres de tres hijos, en el barrio de Villa Rita, al que atropellaron en una moto cuando volvía de jugar al fútbol con amigos.
“Estuvo involucrado en varios hechos. En el barrio Santa Marta todos los vecinos lo conocen. Se cambiaba todo el tiempo de casa, se escondió en lo de la madre, en lo de la novia, que está embarazada, en lo de la suegra”, dijo un investigador a Clarín.
El adolescente fue detenido por agentes de la comisaría 1era. de Lomas de Zamora el viernes a la tarde, en O’Higgins y Miramar. No tenía ninguna intención de entregarse. Lo demostró sacando un arma y tirando en dirección a la Policía, que respondió y, como indica el protocolo de actuación, disparó de la cintura para abajo.
Le pegaron tres balazos y “Martincito” está internado, fuera de peligro, en el Hospital Gandulfo.
Como es menor de edad, lo más probable es que, cuando se recupere, lo trasladen a un instituto.
María Laura Fernández (39), mamá de Lara, advirtió, en diálogo con Clarín: “Que no salga más y no mate a nadie más. Que lo condenen, que le den la pena que realmente merece tener. Mi hija también era menor, así que voy a hacer todo lo que tenga que hacer para que no lo suelten”.
La mujer, que es oficial de la Policía de la Ciudad, había criado sola a su hija mayor (la otra tiene 9 años), porque su pareja la dejó cuando quedó embarazada. Por eso llevaba el apellido materno.
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