El diputado izquierdista Gabriel Boric jurará este viernes como 36° presidente de Chile, convirtiéndose en el mandatario más joven en ocupar dicho cargo, con solo 36 años, y dando inicio a un nuevo ciclo político para el país.
María J. Errázuriz // ABC
El traspaso del mando durante estas últimas semanas se ha realizado con total normalidad desde que Boric diera a conocer su gabinete a mediados de enero. Sin embargo, ello no ha evitado que el cambio se realice en momentos de alta tensión, derivados, principalmente, del debate constitucional en curso, la violencia en la zona de la Araucanía y la explosión migratoria ilegal en la frontera norte.
El todavía presidente, Sebastián Piñera, y el electo Boric dedicaron ayer gran parte de la jornada a las entrevistas bilaterales protocolarias con las delegaciones oficiales que asisten al cambio de mando, entre ellas la de España, encabezada por el Rey Felipe VI.
El ministro de Exteriores, José María Albares, se quedó finalmente en Madrid para seguir de cerca la crisis de Ucrania.
Piñera se despidió de la nación anteanoche a través de una cadena nacional de televisión, donde reconoció errores durante sus cuatro años de mandato en referencia a las tardías ayudas a las familias al inicio de la pandemia, pero también recalcó que la crisis sanitaria y el estallido social de 2019 pusieron a prueba al país. «A nosotros nos ha tocado algo especialmente difícil», dijo, a la vez que apuntó a que la «ola irracional de violencia» vivida supuso uno de los grandes desafíos.
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