La reina Isabel II estará ausente el lunes de las celebraciones del Día de la Mancomunidad Británica (Commonwealth), anunció el viernes el Palacio de Buckingham.
Esa ceremonia debía ser el primer acto público en meses de Isabel II, de casi 96 años, tras padecer varios problemas de salud, incluida una infección de covid-19. Pero funcionarios del Palacio indicaron que la monarca le pidió a su hijo mayor, el príncipe Carlos, que la representara.
Jefa de Estado en 15 de los 54 países de los cinco contienentes que forman la “Commonwealth”, la monarca tenía previsto asistir al servicio religioso que se oficia cada año para esta fecha en la Abadía de Westminster, en el centro de Londres.
Su estado de salud ha sido motivo de preocupación desde que los médicos la obligaron el 20 de octubre a guardar reposo y después se supo que había pasado una noche hospitalizada para someterse a “pruebas” cuya naturaleza nunca se especificó.
Tras el duro golpe asestado por la muerte en abril de su esposo, el príncipe Felipe, al que ella calificaba como “su pilar”, la monarca había retomado una apretada agenda al retorno de sus vacaciones estivales.
Sin embargo, tras el consejo médico, tuvo que reducir considerablemente sus apariciones públicas.
Desde que comenzó la pandemia, la monarca vive retirada en el Castillo de Windsor, unos 40 km al oeste de Londres, donde ha celebrado la inmesa mayoría de sus compromisos oficiales, ya sea en línea o en persona, como cuando el lunes recibió al primer ministro canadiense Justin Trudeau.
La reina, que el 6 de febrero cumplió 70 años en el trono (todo un récord para un monarca británico), apareció estos últimos meses en alguna ocasión caminando con un bastón, y durante un encuentro con dos altos cargos militares en Windsor a mediados de febrero, reconoció que le cuesta “moverse”, mientras señalaba su pierna izquierda.
AFP