Hay quienes desdeñan el conocimiento de los hechos históricos, aduciendo su inutilidad porque “el pasado no se repite”… lo cual es rigurosamente cierto.
Pero debo señalar que la mayoría de quienes así dicen “pensar”… nunca han leído un libro… y generalmente repiten errores similares a los cometidos por quienes nos han precedido.
Así, antes de aterrizar en el presente me permito viajar lejos en el tiempo… no vaya a ser que aparezca algún doliente del bárbaro nuestro… ventoleando aquello de “pero ese señor era mi tatarabuelito y montaba muy bien el caballo”.
No se alarmen: en tiempos de internet se puede esperar cualquier estupidez.
Bien: fue Platón el griego, quien especificó entre sus enseñanzas para el buen gobernante… que todo acto de poder “tenía que ser escenificado con una obra de teatro… para que comprendieran los ciudadanos”.
Bien… pasados unos siglos… en Europa se fue consolidando el poder de los Romanos… que fueron un imperio militarista… pero constructor.
Tanto que cada Legión tenía su cuerpo de ingenieros capaces de pasar ríos y levantar murallas.
Ese Imperio comenzó a caer cuando sus aburguesados mandatarios… como diríamos ahora… pusieron a los bárbaros –es decir a lo que hoy serían alemanes, franceses y españoles- a hacer el trabajo sucio… pensando que luego no iban a exigir sus cuotas de poder.
Y en unos años aquel Imperio organizado desde la hoy Gran Bretaña… por occidente… hasta la India en el oriente… se dividió… vio caer sus acueductos… sus cloacas… sus vías de calzadas transitables todo el año… y al enflaquecer el comercio… comenzó la Edad Media… época en que Europa volvió a ser el continente pobre y atrasado que había sido hasta los Romanos.
Bien… suficiente para entender que a guisa de la pandemia… los poderes que gobiernan el mundo occidental… acabaron con los ahorros de la clase media –no solo en Venezuela sino en general en el mundo cristiano-… evaporaron el comercio internacional… empobrecieron al ciudadano… y sin acto inaugural… nos enviaron a una nueva Edad Media.
Y aquí viene a colación el consejo de Platón que ya no es con teatro… sino con redes… medios… y lavados cerebrales a gran escala… que hoy se gobierna… para que “entiendan”.
En Ucrania simultáneamente hay dos obras teatrales: Una, la de Putin cuando nos recuerda que esas tierras les pertenecen desde “atrás”… pero que el problema son las armas atómicas que USA quiere poner en sus fronteras. Armas que no se tolerarían en Cuba o Venezuela.
La otra obra es de los ucranianos y sus aliados cuando en medio de una guerra que lleva más de 8 años presentan la destrucción rusa cómo novedosa y única en los anales del mundo… al tiempo que hacen ver que civiles ucranianos… ganarán la guerra… enrolando en primera fila reinas de belleza y niños armados con fusiles.
Lo lamentable de esos teatros que encubren intereses de unos y otros… no sólo son las pérdidas humanas en vidas y penurias… sino el lavado cerebral que ha puesto a dividir aún más al mundo occidental… que va camino a la miseria.
Por ejemplo: en mi país hay gente peleada por Ucrania… o por Rusia… países muy lejanos… como si ellos fuesen hinchas del Barsa o del Real.
Y también tenemos teatro… no para que entiendan… como recomendaba Platón… sino para que se entusiasmen hasta el próximo escándalo que será objeto del mismo guión teatral… pero con otros actores.
El más importante la tal “visita” que tuvo sin embargo la virtud de unir chavistas y escuálidos e incluso algunos ninis… pensando que de verdad producimos petróleo de sobra para venderle a los yanquis.
Qué nos van a relajar las sanciones… en una mesa de negociación llena de delincuentes… y que así regresaremos a tiempos de la abundancia.
Para unos… los más viejos… los del “tabarato dame 2”… para los más jóvenes… los del “raspadito aéreo”… o los “dólares preferenciales”.
Puro Teatro pero del malo.