Un amplio estudio científico evaluó las historias clínicas de adultos jóvenes y su efecto en el deterioro cognitivo. La detección precoz de estos factores podría reducir el riesgo de la enfermedad
En el mundo unas 50 millones de personas padecen demencia y entre el 60% y 70% de esos casos corresponde a la enfermedad de Alzheimer, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El Alzheimer altera la comunicación entre las neuronas del cerebro, esa falla en la conexión puede conducir a la pérdida de funciones y a la muerte de esas células. Uno de los primero signos de la enfermedad es la dificultad para recordar eventos o conversaciones recientes. A medida que avanza, los problemas de memoria empeoran y se desarrollan otros síntomas.
Por Infobae
Un nuevo estudio sugiere que ignorar los niveles de colesterol y glucosa en la mediana edad, puede afectar las posibilidades de contraer Alzheimer más adelante en la vida. Según investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston (BUSM), tres señales alertan sobre el peligro de desarrollar la afección mental: los niveles de glucemia, colesterol y triglicéridos.
Niveles más bajos de HDL (colesterol de alta densidad) y niveles altos de glucemia y de triglicéridos medidos en la sangre a los 35 años se asocian con una mayor incidencia de Alzheimer varias décadas más tarde. Los investigadores también encontraron que la glucemia alta medida entre los 51 y los 60 años se asocia con el riesgo de Alzheimer en el futuro. Este estudio acaba de publicarse en la revista Alzheimers & Dementia: The Journal of the Alzheimer’s Association.
“Si bien nuestros hallazgos confirman otros documentos que relacionaron los niveles de colesterol y glucosa medidos en la sangre con el riesgo futuro de enfermedad de Alzheimer, hemos demostrado por primera vez que estas asociaciones se extienden mucho más temprano en la vida de lo que se pensaba”, explicó la autora principal Lindsay Farrer, jefe de genética biomédica de BUSM.
Los especialistas creen que aunque el LDL alto se ha asociado consistentemente con el riesgo de Alzheimer en muchos estudios previos, pero en ellos el vínculo entre ambos no fue concluyente, quizás, sugirieron quienes desarrollaron este documento, porque la mayoría de los estudios que examinaron estas relaciones se realizaron en personas que tenían 55 años o más al inicio de las investigaciones.
En cambio, la presente investigación se realizó utilizando datos obtenidos del Estudio del Corazón de Framingham (una investigación que empezó en 1948 y hoy continúa con la tercera generación de participantes) que fueron examinados en intervalos de aproximadamente cuatro años durante la mayor parte de su vida adulta. Se midieron las correlaciones de la enfermedad de Alzheimer con múltiples factores de riesgo conocidos de enfermedad cardiovascular y diabetes (incluidos HDL, LDL, triglicéridos, glucosa, presión arterial, tabaquismo e índice de masa corporal) en cada examen y durante tres períodos de edad durante la edad adulta (35-50, 51-60, 61-70).
Los investigadores encontraron que un HDL más bajo (el colesterol bueno) se vincula con la enfermedad de Alzheimer en la edad adulta temprana (35 a 50 años) y media (51 a 60 años) y que la glucosa alta en la sangre (un precursor de la diabetes) durante la edad adulta media es también un factor predictivo de la enfermedad.
“Estos hallazgos muestran por primera vez que los factores de riesgo cardiovascular, incluido el HDL, que no se ha informado de manera consistente como un factor de riesgo fuerte para la Alzheimer, contribuyen al riesgo futuro de su aparición”, indicó el primer autor Xiaoling Zhang, profesor asistente de medicina en BUSM.
Según los investigadores, el manejo cuidadoso de estos factores a partir de la edad adulta temprana puede reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular y diabetes, así como la aparición de la enfermedad de Alzheimer. “La intervención dirigida al control del colesterol y la glucosa a partir de la edad adulta temprana puede ayudar a maximizar la salud cognitiva en la edad adulta”, completa Farrer.
Farrer también señala que “el diseño único y la misión del Estudio del Corazón de Framingham, que es un estudio prospectivo de salud multigeneracional basado en participantes reales que comenzó en 1948, nos permitió vincular el Alzheimer con los factores de riesgo de enfermedad cardíaca y diabetes. Los índices fueron medidos mucho antes de que el deterioro cognitivo y la demencia se produzcan. Lo que nos ha permitido evaluar un pronóstico posible”, concluye.