Cuando un pasajero aborda un avión, al momento del despegue, se les solicita poner sus dispositivos electrónicos en modo avión (también llamado perfil fuera de línea) una opción que se habilita fácilmente desde el menú de ajustes. Es justificada esta advertencia y qué ocurre si alguien lo deja encendido.
Por: Clarín
Y aunque es extendido el mito de que de estar activado podría quemar una placa interna del dispositivo, el principal motivo que llevó a generar esta consigna se basa en la idea de que las emisiones del teléfono podrían producir interferencias.
Cuando se activa esta alternativa –tanto en celulares, notebook, tabletas como consolas portátiles- se desconectan de la red móvil y ya no se pueden recibir, mensajes, llamadas ni conectarse a la web. Es casi como si el dispositivo estuviese apagado.
Y si bien se puede acceder a las aplicaciones que estén instaladas, no se podrá utilizar ninguna función que requieran una conexión a Internet. Sólo se podrán utilizar los datos descargados, como fotos, videos o música o películas sin conexión.
El nombre de este modo viene de las prohibiciones que hubo hace años que impedían la utilización del dispositivo durante los vuelos, haciendo que los fabricantes diseñaran esta alternativa.
Sin embargo, en la actualidad también se lo utilizar con otros propósitos como simplemente el querer desconectar de todo sin dejar de usar algunas funciones del móvil.
Cuando desde la cabina se solicita poner el dispositivo en modo avión se busca limitar cualquier potencial dificultad en la comunicación con la torre de control, o algún otro dispositivo en cabina. Es decir que no cumplir con esta consigna podría afectar estos aspectos.
Aunque los sistemas esenciales de vuelo están más que protegidos contra la radiación electromagnética que emite el teléfono móvil, las comunicaciones entre aeronave y controlador aéreo siguen recurriendo a la radio tradicional, muy sensible a cualquier interferencia externa. Y es ahí donde tiene especial relevancia el perfil fuera de línea.
Si ocurriera en alguna situación durante los tramos clave de la travesía aérea -como el aterrizaje o despegue- podría poner en peligro a toda la aeronave incluidos al pasaje y tripulación, ya que es el momento en que se imparten las coordenadas de aterrizaje.
Qué ocurre con el Wi-Fi
A diferencia de la red GSM la señal de las redes Wi-Fi es mucho más débil en su pico de potencia (100 mW) y nunca ha registrado que cause algún inconveniente. Por este motivo, muchas aerolíneas de todo el mundo proporcionan conexión Wi-Fi en sus aviones. La única restricción es que este servicio no se puede utilizar en etapas de despegue, aterrizaje o cuando la nave está volando por dejo de los diez mil pies.
Por este motivo, la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) a fines de 2014 habilitó el uso de móviles sin limitaciones en todas las fases del vuelo. Aunque para que permitir eso, las compañías tienen que cumplir con una verificación que garantice que las señales no producirán interferencias.
Pero más allá de los lineamientos y los cambios que ha habido en el último tiempo, las diferentes agencias reguladoras coinciden en que en última instancia la necesidad de exigir el uso del modo avión en los dispositivos móviles queda en manos de las aerolíneas.