Para contener el calentamiento por debajo de 1,5 ºC en 2100 el mundo necesita “un cambio transformacional desde el punto de vista institucional, económico y social”, asegura en una entrevista con EFE el economista experto en cambio climático de la ONU Ramón Pichs Madruga.
Según Pichs Madruga, copresidenta del grupo de trabajo III del Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático de la ONU (IPCC), la principal conclusión del informe que el equipo multidisciplinar acaba de publicar es que para frenar la crisis climática “hay un gran potencial que no se está aprovechando”, pero hacerlo requiere de políticas públicas y de un “cambio de mentalidad”.
El documento publicado este lunes por el grupo de trabajo III del IPCC supone la tercera y última parte del sexto informe de evaluación sobre cambio climático, que actualiza desde 2014 el conocimiento científico sobre el fenómeno, sus impactos y sus posibles soluciones.
Concluye que cumplir los objetivos climáticos establecidos en París en la cumbre del clima de 2015 (COP21) -no superar el grado y medio de calentamiento del planeta desde los niveles preindustriales- exigiría llegar al pico de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en 2025 y reducirlas en un 43 % para 2030 respecto a los niveles de 2019.
“Esto significa un cambio transformacional desde el punto de vista institucional, económico y social”, recalca Pichs, y, si bien “hemos visto que se han implementado políticas que favorecen la mitigación”, aduce que “no basta con tener una política establecida sino que hay que implementarla”.
GESTIÓN DE LA DEMANDA
Además, la ciudadanía tiene que participar de estas decisiones políticas, sostiene el experto, y aunque las acciones individuales, por sí solas, “no son suficientes”; son clave en la lucha contra el cambio climático, pues por ejemplo pueden incidir en la gestión de la demanda energética con que los especialistas calculan se podrían reducir las emisiones GEI entre un 40 y un 70 % a nivel global.
Un país como México puede imponer restricciones al automóvil como la política de “Hoy no circula”, arguye Pichs, pero las personas necesitan estar de acuerdo y entender la urgencia de esas medidas, o de lo contrario buscarán la forma de evadirlas, como dar de alta diferentes matrículas para así poder circular todos los días en coche.
América Latina en su conjunto tendrá que hacer frente a este desafío, alega, pues es una de las regiones más urbanizadas del mundo, las ciudades comportan dos tercios de las emisiones globales y “el transporte es uno de los ámbitos donde se requieren más cambios relacionados con los patrones de consumo”.
CAMBIOS FORZOSOS
En los meses que duró la cuarentena para contener la pandemia del coronavirus “hubo una reducción de la demanda, pero fue forzosa”, advierte el experto, quien también se refiere al Periodo Especial que su país, Cuba, vivió en la década de 1990 cuando el fin de la Unión Soviética dejó al país caribeño sin sus suministros de petróleo y en una grave crisis económica motivada por ese declive energético.
“Lo que se promueve en el informe no es una reducción de la demanda por la vía forzosa, sino por la de la infraestructura”, insiste, y por la de los patrones de consumo.
DÉFICIT DE FINANCIACIÓN
En los países insulares, y en especial las pequeñas naciones del Pacífico, incluso la meta de mantener el aumento de temperatura en los 2 ºC sobre los niveles preindustriales supondría “desaparecer”, por lo que es todavía más pertinente adoptar políticas climáticas, destaca, pero -añade- eso sólo podrá ocurrir cuando se cierre la brecha “entre el financiamiento que requiere lograr el objetivo y el disponible para ese fin”.
En este ámbito, Pichs lamenta que existe todavía “un déficit importante”, pues se estima que los flujos financieros destinados a la mitigación climática son entre tres y seis veces -en función de si se toma como referencia el objetivo de 1,5 ºC o el de 2 ºC- inferiores a lo que sería necesario.
EFE