El Gobierno de los talibanes envió este jueves una carta a las escuelas públicas y privadas de Kabul para prohibir el uso de las corbatas tanto en los estudiantes como en los maestros, sumándose así a la lista de vetos promovidos por los fundamentalistas desde su llegada al poder.
En la misiva, enviada a todos los colegios de Kabul, la dirección de educación de la capital pide “no usar corbata en el uniforme de los niños estudiantes y profesores”.
Aunque, según indicó a Efe el portavoz del Ministerio de Educación, Aziz Ahamd Rehan, la carta es solo una “recomendación para los profesores y estudiantes de no usar la corbata para asistir a la escuela”.
En las escuelas afganas, sobre todo las privadas, los estudiantes portaban cortabas como parte del uniforme escolar, mientras que solo unos cuantos colegios públicos requerían portar esta prenda”.
El uso de la corbata no está prohibido en el islam, ya que es empleada por populares eruditos islámicos por todo el mundo, y hasta la caída del depuesto gobierno afgano tras la toma de poder de los fundamentalistas podía usarse sin restricciones en el país.
Por el momento, los talibanes no han explicado el porqué de esta prohibición, que se une a la larga lista de vetos impuestos por los fundamentalistas desde que llegaron al poder el pasado 15 de agosto.
MÁS RESTRICCIONES
El todopoderoso Ministerio de Promoción de la Virtud y Prevención del Vicio recomendó el pasado enero a los comerciantes de la provincia occidental de Herat cortar las cabezas de los maniquíes, una medida que poco a poco se fue extendiendo hacia otras zonas, incluida la capital, por considerarse una figura prohibida en el islam.
Pero el goteo de restricciones ha ido especialmente dirigido hacia las mujeres, a las que, pese a las promesas de cambio, los fundamentalistas han restringido la educación de las adolescentes, han limitado sus movimientos y han segregado por sexos en los espacios públicos, entre otras medidas, en línea con su rígida interpretación del islam.
El Ministerio de Promoción de la Virtud y Prevención del Vicio fue una de las instituciones más temidas en el primer gobierno de los talibanes en Afganistán, entre 1996 y 2001, recordado por las duras medidas que recluyeron a las mujeres en casa, prohibieron la reproducción de música, y castigaron con dureza todo lo que se considerara fuera de la ley islámica.
La poderosa institución se extinguió tras la caída del régimen con la invasión estadounidense, y durante los siguientes 20 años era solo un mal recuerdo para los afganos.
El ministerio, sin embargo, fue reinstalado por los talibanes tras su victoria en la guerra, y su nueva sede ocupa ahora lo que durante las últimas dos décadas fue el ahora extinto Ministerio de la Mujer.
Desde su reaparición, los talibanes han recomendado a los taxistas no transportar a mujeres sin velo, y también han prohibido la emisión de películas “inmorales” y eliminado los rostros femeninos de los escaparates.
EFE