Rusia amenazó el viernes con intensificar sus ataques contra Kiev, tras acusar a Ucrania de bombardear pueblos en su territorio y al día siguiente del hundimiento de su buque insignia en el mar Negro.
“El número y la magnitud de los ataques con misiles en lugares de Kiev aumentarán en respuesta a todos los ataques de tipo terrorista y a los sabotajes perpetrados en territorio ruso por el régimen nacionalista de Kiev”, anunció el portavoz del ministerio ruso de Defensa, Igor Konashenkov.
De forma simultánea el ministerio informó de la destrucción de una fábrica de misiles tierra-aire cerca la capital ucraniana.
Horas antes, durante la noche, las autoridades regionales ucranianas reportaron explosiones al suroeste de la Kiev, en el distrito de Vasylkiv.
Las alarmas antiaéreas resonaron en varias ocasiones en las últimas horas, dijo el gobernador de la región de Kiev, Olexandre Pavliuk en Telegram.
Moscú afirma que Ucrania bombardeó pueblos rusos en la frontera, unas acusaciones rechazadas por Kiev. Según los ucranianos, son los servicios secretos rusos los que ponen en práctica “ataques terroristas” en esa región para alimentar la “histeria antiucraniana” en Rusia.
El Comité de Investigación ruso afirmó que dos helicópteros ucranianos “equipados con armamento pesado” habían entrado en su territorio y llevado a cabo “al menos seis disparos contra viviendas residenciales del pueblo de Klimovo”, en la región de Briansk. Hubo siete heridos, entre ellos un bebé.
Rusia también afirmó el viernes haber matado a 30 “mercenarios polacos” en un bombardeo en el noreste de la Ucrania, en un momento de gran tensión entre Moscú y Varsovia.
– “Duro golpe” –
Estos anuncios tienen lugar al día siguiente de la pérdida del buque insignia de la flota rusa en el mar Negro, el “Moskva”.
Este navío lanzamisiles de 186 metros de eslora se hundió el jueves, tras declararse un incendio accidental, según Moscú. Kiev, sin embargo, asegura que uno de sus misiles lo alcanzó.
El portavoz del Pentágono, John Kirby, indicó que el hundimiento del “Moskva” es un “duro golpe” a la flota rusa en el mar Negro, aunque admitió que Estados Unidos no pudo verificar cual versión es la correcta.
Esto “va a tener un efecto” porque era “una parte clave” de su contingente para establecer un dominio naval en el mar Negro, dijo a CNN.
El buque “aseguraba la cobertura aérea de otras naves durante sus operaciones, especialmente para el bombardeo de la costa y las maniobras de desembarco”, precisó por su parte el portavoz de la administración militar de Odesa, Serguéi Bratchuk.
El ministerio ruso de Defensa había indicado el jueves que el “Moskva” “perdió su estabilidad a causa de los daños en el casco por el incendio tras la explosión de municiones” mientras era remolcado.
Sean cuales sean las circunstancias del naufragio, se trata de uno grave revés para Rusia.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, se congratuló por esta operación y en su mensaje nocturno por video celebró que los ucranianos “demostraron que los navíos rusos sólo pueden estar en el fondo”.
Los reveses de Rusia durante la guerra hacen temer a la CIA que el presidente ruso, Vladimir Putin, recurra a armamento nuclear de baja intensidad.
Pero por ahora, no se han constatado “señales concretas como despliegues o medidas militares” que puedan agravar las preocupaciones de Estados Unidos, indicó el director del la CIA, William Burns.
Desde el inicio de la guerra, Zelenski se ha mantenido atrincherado con su administración en el centro de la capital, desde donde no ha dejado de pedir a los países occidentales armamento pesado para resistir a la ofensiva rusa.
“Rusia trajo miles de tanques, piezas de artillería y todo tipo de armas pesadas a la región, esperando aplastar simplemente a nuestro ejército”, dijo el jueves su ministro de Exteriores, Dmitro Kuleba.
El presidente estadounidense, Joe Biden, accedió finalmente el miércoles a los reclamos ucranianos y prometió una nueva entrega de ayuda militar por 800 millones de dólares.
– “Calcinados”-
En el este de Ucrania, en la región del Donbás, Donetsk fue escenario de combates “en toda la línea del frente”, en los que murieron tres personas y otras siete resultaron heridas, según la presidencia ucraniana.
Otra zona de esta cuenca minera, Lugansk, fue blanco de 24 bombardeos, que causaron dos muertos y 10 heridos, según la misma fuente.
Rusia, cuya gran ofensiva anunciada en el Donbás todavía no ha empezado, tiene problemas para hacerse con el control total de Mariúpol, un puerto estratégico del mar de Azov.
Esta ciudad, asediada desde hace más de 40 días por el ejército ruso, podría acarrear el peor balance de pérdidas humanas de esta guerra. Las autoridades ucranianas temen que haya unos 20.000 muertos.
Galina Vasilieva, de 78 años, señala un edificio de nueve plantas completamente quemado. “¡Mira nuestros bonitos edificios! La gente se calcinó en el interior”, lamenta esta jubilada mientras espera delante de un camión de distribución de ayuda humanitaria organizada por los separatistas prorrusos.
Esta ciudad portuaria, que un equipo de la AFP pudo visitar en un viaje de prensa organizado por el ejército ruso, ha estado bajo una lluvia de fuego que ha arrasado las infraestructuras y los hogares del medio millón de personas que vivían allí antes de la invasión lanzada por Putin el 24 de febrero.
Ahora los combates se limitan en la extensa zona industrial en el litoral. Las fuerzas rusas y sus aliados separatistas de Donetsk se impusieron y estrecharon poco a poco su terrible asedio.
La conquista de Mariúpol sería una victoria importante para las fuerzas rusas, ya que les permitiría consolidar su posición en el mar de Azov, uniendo el Donbás y la península de Crimea, que Moscú se anexó en 2014.
Los bombardeos también siguen en la parte oriental de Ucrania. Según el gobierno de la región, más de 500 civiles, entre ellos 24 niños, murieron en la región de Járkov (noreste), desde el inicio de la ofensiva.
AFP