Existe un popular aforismo cuyo autor se desconoce y que afirma que “cuando los recursos son escasos, las oportunidades son únicas”. Oportunamente, en las últimas horas se conoció que, por falta de patrulleros disponibles, dos policías tuvieron que pedir un taxi para perseguir a un grupo de delincuentes.
Por: Crónica
El hecho tuvo lugar en el barrio Belgrano de la ciudad de Rosario, en Argentina, luego de que un taxista de 50 años sufriera un violento asalto. Resulta que este hombre estaba manejando tranquilo y en plena búsqueda de pasajeros, cuando unos jóvenes lo frenaron para pedirle que los alcanza hasta un determinado cajero automático.
Todo iba, la radio estaba encendida, pero, de pronto, uno de los muchachos le puso un cuchillo en la garganta al chofer. Acto seguido le pidieron la recaudación del día y su celular. La víctima no opuso resistencia, obedeció las órdenes de los delincuentes y entregó tanto su teléfono como los 4 mil pesos (35 dólares) que llevaba encima. Una vez con el botín encima, los ladrones se bajaron del vehículo, a la altura de la calle Provincia Unidas.
Inmediatamente, el taxista manejó hacia la comisaría más cercana, en este caso la Nº 14, para denunciar lo sucedido. Sin embargo, los oficiales presentaron un pequeño problema: no había patrulleros disponibles para perseguir a los asaltantes. Por lo tanto, y aquí es donde entra en juego la frase del comienzo, el hombre se ofreció a llevar a los policías, quienes se subieron al taxi y arrancaron.
En medio de su trayecto, el chofer reconoció a uno de los delincuentes mientras este caminaba por la calle White. Los efectivos lo detuvieron a pocos metros y pudieron recuperar el celular y dos mil pesos. En cuanto al resto de los ladrones, la Policía todavía no pudo dar con su paradero.
Un segundo asalto a un taxista en Rosario
Resulta que este no fue el único robo que sufrió un conductor del estilo en dicha ciudad, ya que, en la misma semana, ocurrió un caso muy similar. Un grupo de delincuentes se subió un taxi y amenazó al conductor un arma, logrando llevarse la recaudación del día y el vehículo.
La jugada había salido “redonda” pero sufrió una absurda complicación al final. Cuando intentaron escapar, el auto se atascó en un charco de barro, por lo que tuvieron que escapar a pie. Si bien las autoridades recuperaron el vehículo, no pudieron hacer lo mismo con los 15 mil pesos que fueron sustraídos.