El 13 de enero del 2020, agentes del FBI fueron a la casa de Anthony Todt, un fisioterapeuta de 46 años de Estados Unidos, con una orden de arresto por fraude. Una investigación lo acusaba de estafar a seguros de salud en su clínica de terapia física, sin embargo, al llegar a su vivienda, los agentes se encontraron una escena de terror que jamás imaginaron: toda una familia había sido acribillada.
Por Clarín
El hombre de Connecticut, que llevaba un tiempo radicado en Florida había cometido un cuádruple homicidio y los oficiales del FBI se encontraron con los cadáveres de su esposa Megan Todt, de 42 años y de sus hijos Alek, de 13 años, Tyler, de 11, y su hija Zoe, de 4 años. Incluso el hombre había matado a su perro Breezy.
Los cuerpos en descomposición de las víctimas estaban envueltos en mantas, presentaban heridas de arma blanca y se detectaron en ellos cantidades tóxicas de Benadryl. Según los informes de la autopsia, Todt convivió con los cadáveres en su casa durante varios días. En esa primera instancia, el hombre confesó a la Policía que él había matado a su familia. Aunque luego, cambió su declaración.
“Yo amaba a mi esposa. Amaba a mis hijos”, le dijo al juez. “Fueron lo primero y más importante en mi vida. Yo no hice esto. Cuidé a mi esposa y a los niños. Hice todo lo que pude”, declaró el hombre que intentó hacer quedar a su esposa como culpable apuntando a que sufría una enfermedad.?
“Estuvo muy enferma hace diez años, pero recibió tratamiento y ya se había recuperado”, dijo Stewart Peil, tío de Megan Todt a Orlando Sentinel. “Cada vez que la veía estaba bien. Nunca hubo ningún indicio de que fuera frágil o débil. Toda esta historia de que ella era una inválida que él tenía que cuidar, no era cierta”.
La estafas y una vida que no podía sostener
Medios locales señalaron que la familia vivía en una casa alquilada en Celebration, una urbanización desarrollada por Walt Disney Company aledaña a los parques temáticos de Orlando. Un lugar demasiado costoso para una familia que ya no tenía los ingresos de otros tiempos.
Peil declaró que el mundo de Todt comenzó a desmoronarse hace unos seis años y luego su vida se volvió más inmanejable cuando Megan Todt y los niños se mudaron a Florida. “Creo que culpó a su familia por un estilo de vida que no podía mantener”, dijo.
“Ojalá hubiera ido a convencerlos de que tendrían que vivir dentro de sus posibilidades”, se lamentó. Según relató el tío de la mujer asesinada, Todt no quiso reducir sus gastos sino que comenzó a pedir préstamos y ante la urgencia por conseguir dinero ideó un esquema de fraude en su clínica de atención médica.
Antes de que asesinar a toda su familia, Todt estaba siendo investigado por el FBI por estafar a las compañías de seguros y a los programas del gobierno por una suma de 130.000 dólares en facturas falsas. Había cobrado por visitas de clientes que nunca ocurrieron.? Acorralado, el hombre descargó sus frustraciones con su familia: “Su solución fue, en cambio, acabar con todo. Terminar con todo para ellos”.
Peil, opinó: “Por el resto de su vida sabrá que acabó con su familia porque su negocio fracasó y no pudo soportar decirles que su negocio fracasó, que tendrían que empezar de nuevo”.
Declarado culpable
La fiscal estatal adjunta Danielle Pinnell informó que, después de matar a su esposa, tres hijos y un perro, Todt usó sus teléfonos para decirles a sus familiares que todos estaban enfermos. Era un intento desesperado por cubrir su cruel matanza.
Ante esto, la hermana de Todt le pidió a la policía que controlara a la familia. En ese momento recibió un mensaje de texto del teléfono de Megan Todt en el que le hablaba sobre creer en el apocalipsis. Fue una de las tantas versiones con las que el asesino trató de salvarse pero finalmente la justicia lo condenó, tras siete horas de deliberaciones del jurado.
Este jueves, el jurado del condado de Osceola (en Florida) lo encontró culpable de cuatro cargos de asesinato en primer grado por la muerte de su mujer y sus tres hijos en su vivienda de Celebration. Se concluyó en que el cuádruple homicidio fue “de forma premeditada” y también se lo culpó de crueldad animal por matar a la mascota de la familia, un perro llamado “Breezy”.
En la audiencia para sentencia de este jueves, Todt culpó a su esposa de la muerte de sus hijos y dijo que llegó a casa y encontró a los niños muertos y sangre en la camisa de ella. Agregó que estaba angustiado, que por eso trató de encubrir a su esposa y que había intentado suicidarse varias veces.
El veredicto final fue una condena a cadena perpetua. El juez Keith A. Carsten lo calificó como un “destructor” y dijo que no tendrá posibilidad de obtener libertad condicional, de acuerdo a la información del diario Orlando-Sentinel.