Cómo influye la tecnología y el aprendizaje digital en el cerebro de los niños

Cómo influye la tecnología y el aprendizaje digital en el cerebro de los niños

Foto archivo / REUTERS / Carlos Eduardo Ramírez

 

 

 

El procedimiento por el cual se desarrolla el cerebro del niño es fascinante y es que desde que el bebé se encuentra dentro de la tripa de la mamá ya comienzan a formarse las primeras neuronas, que irán multiplicándose desde los 6 meses de edad hasta aproximadamente los 2 años, momento en el que más neuronas tenemos en toda la vida.

Por ¡HOLA!

Dichas neuronas se van a ir conectando con aquellas que tengan su misma función. “A partir de esta edad, es cuando las neuronas comienzan a tener más conectividad para cosas específicas; por ejemplo, las neuronas que tienen que ver con el lenguaje, la atención, la memoria… se unen haciendo circuitos más complejos. Mientras que las que no se van usando se podan, lo que en términos neurológicos se llama ‘poda neuronal’. A partir de los 4-6 años hay menos cantidad de neuronas, pero estas son mucho más especializadas, y así se irá avanzando a lo largo de la vida”, nos explica la psicóloga clínica y Doctora en Psiquiatría y Neurociencia Cognitiva, conocida en redes sociales como @mamaneurona, y cabeza del proyecto @neuroingenia, dirigido a familias, con quien hemos hablado para saber cómo influye la tecnología y el aprendizaje digital en el cerebro de los niños.

Aceptar la tecnología como parte de la vida

Este desarrollo neuronal es tan importante a edades tempranas que no puede ser alterado por factores externos, debido a que existe la posibilidad de que aparezcan consecuencias negativas para el niño. La tecnología tiene mucho que ver en ello, y es que hoy en día los peques viven rodeados de tecnología por todas partes: en casa, en el colegio, en la calle, en el coche… es difícil alejarles de ella porque forma parte de la vida. Pero, lo que sí es posible, es tener en cuenta una serie de pautas dirigidas a los papás, indicadas por los expertos, para que la tecnología no influya de forma negativa en el desarrollo del cerebro del niño.

“Los principales circuitos de la infancia son los que tienen que ver con la motricidad, el lenguaje, la atención. Más tarde comienza a haber una conectividad del circuito frontal, también llamado emocional, que tiene que ver con el circuito del placer y la recompensa. Este es el que les hace tener el autocontrol, por eso, cuando todavía no está desarrollo, es el desencadenante de las rabietas, ya que hace que quieran las cosas de inmediato. Para ponerles freno, nosotros como papás necesitamos monitorearlo con otras experiencias como los límites, para ir moldeándoles y que estos vayan conectando con su parte emocional o frontal. A fin de cuentas, controlarles para que no actúen siempre tan instintivamente, ni solamente por placer”, expone la experta en neurociencia.

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