El papa Francisco recordó hoy al fallecido cardenal español Carlos Amigo Vallejo, del que dijo que “durante años y con fidelidad entregó su vida al servicio de Dios y de la Iglesia”, en el telegrama que ha enviado para expresar sus condolencias.
El papa expresó su pésame tanto a los fieles y al clero de Sevilla, donde Amigo fue arzobispo, como a la orden Hermanos Menores franciscanos, a la que pertenecía, además de a sus familiares “y a la Iglesia de Tánger donde también sirvió como pastor”.
En el telegrama, Francisco ofrece sufragios “por el eterno descanso de su alma y para que el señor Jesús, por intercesión de Nuestra Señora de Montserrat, le otorgue la corona de la Gloria que no se marchita y como signo de esperanza cristiana en el señor resucitado”.
Amigo, arzobispo emérito de Sevilla y nacido en Medina de Rioseco (Valladolid), falleció este miércoles en Guadalajara a los 87 años, después de haber sido intervenido quirúrgicamente en los pulmones el pasado lunes, según ha informado este miércoles la Conferencia Episcopal Española (CEE).
Carlos Amigo fue nombrado arzobispo de Sevilla en 1982 y desde 2009 era arzobispo emérito de esta ciudad.
Nacido en Medina de Rioseco (Valladolid), el 23 de agosto de 1934, comenzó los estudios de Medicina en la Facultad de Valladolid, pero pronto los abandonó para ingresar en el noviciado de la Orden de Hermanos Menores franciscanos.
Tras ordenarse sacerdote, estudió Filosofía en Roma y, una vez destinado a Madrid, compaginó los estudios de Psicología en la Universidad central con el profesorado en centros de educación especial.
En 1970 fue nombrado provincial de la Provincia Franciscana de Santiago y en 1973 arzobispo de Tánger.
El 22 de mayo de 1982 fue nombrado arzobispo de Sevilla, y en noviembre de ese mismo año, recibió al papa Juan Pablo II en una visita a Sevilla para la beatificación de Sor Ángela de la Cruz y en junio de 1993 volvió a recibir la visita del papa polaco con motivo de la clausura del 45º Congreso Eucarístico Internacional.
En 2003, fue nombrado cardenal y el 5 de noviembre de 2009, el papa Benedicto XVI aceptó su dimisión como arzobispo de Sevilla por haber alcanzado el límite de edad para los prelados, de 75 años. EFE