Las probabilidades de ser acechado por una víbora en las distintas regiones del país son cada vez mayores. Sin embargo, una pequeña parte de la población venezolana puede optar por el antídoto para sobrevivir. La escasez de suero antiofídico en los centros de salud públicos ha provocado que decenas de personas, incluyendo niños, hayan perecido a causa de mordeduras de serpientes durante los últimos años. La situación se torna más crítica cuando se evidencia que existen muy pocas las instituciones que producen este tratamiento que ayudaría a controlar la precaria condición.
Sin producción, insumos, ni recursos, ¿a dónde acudir? Ante este sombrío escenario, varios expertos manifestaron su preocupación y juntaron esfuerzos para crear la Fundación Vivarium, dedicada a la formación educativa de las comunidades, ayuda humanitaria y respaldo a las instituciones de salud en situaciones de riesgo. Gregory Flores, uno de sus fundadores, detalló quiénes son los más afectados, la zozobra por los altos costos y cómo podemos prevenir este tipo de accidentes.
Por: Elizabeth Gutiérrez y Luis Eduardo Martínez | lapatilla.com
Atendiendo un llamado
La Fundación Vivarium nació por la inquietud de cinco grandes amigos que se formaron dentro de las instalaciones del acuario de Valencia en el área del serpentario, así nos contó Gregory Flores, socorrista y ofidiólogo miembro de esta organización.
Gregory contó que cada uno se adiestró hace casi 30 años en una agrupación de rescate. Su amor por la herpetología y la necesidad de atender a las víctimas de mordeduras de serpientes los llevó hasta hace poco más de un año a juntarse y poder iniciar una fundación dedicada a la formación y a prestar ayuda cuando la situación lo amerite.
En junio de 2017, la Organización Mundial de la Salud (OMS), incluyó el envenenamiento por mordeduras de serpiente entre las enfermedades tropicales desatendidas más prioritarias, e instó a los organismos de reglamentación, productores, investigadores, autoridades sanitarias, fundaciones y organizaciones a que contribuyan en la solución del problema. La estrategia tiene por objetivo reducir en un 50% la mortalidad y la discapacidad de aquí a 2030.
Suero para la vida
En tal sentido, la Fundación se adjudicó esa noble tarea para erradicar una vulnerabilidad constante en Venezuela que se mantiene producto de la crisis sanitaria y la escasez en la producción de suero antiofídico, actualmente sostenida por una sola empresa en el país.
“En Venezuela la empresa que produce el suero antiofídico es Biotecfar, que cuenta con toda la permisología necesaria”, relató el especialista en serpientes.
La OMS calcula que unos 2,7 millones de personas al año son afectadas por mordeduras de serpientes venenosas, de las cuales se producen entre 81.000 y 138.000 muertes al año, y alrededor del triple de casos de amputación y discapacidad permanente.
Sin recursos no hay salvación
En Venezuela, no hay un registro exacto sobre todos los casos presentados. Anteriormente, en el país las direcciones epidemiológicas regionales llevaban las estadísticas de los envenenamientos. Gregory recordó que ellos transmitían la data al Ministerio de Salud y el ente hacía una proyección para así destinar los kits a los centros de atención primaria y poder salvaguardar cualquier urgencia.
Ahora, las dotaciones no ocurren de la misma manera. Al no manejarse las estadísticas de forma adecuada, el hospital simplemente espera que haya un mordido para así hacer la solicitud al Ministerio y poder recibir el material que le permita a contrarreloj salvarle la vida.
“Las complicaciones del combustible, de vehículos, de lo que pudiera ocurrir en la carretera, eso afecta directamente al paciente, porque está perdiendo tiempo. Son minutos, horas que está perdiendo porque mientras él no recibe el tratamiento para neutralizar esa toxina, el veneno está causando daño en su sistema ya sea piel, músculo, sangre”, reprochó el ofidiólogo.
Cada segundo es oro
Gregory, quien también se desempeña como socorrista, alertó que los niños son bastantes sensibles puesto que no suelen tener las mismas precauciones que alguien mayor. Señaló que solo el año pasado la incidencia de mordeduras en niños fue bastante elevada. “Es una situación 70-30 entre los niños y los adultos”.
Sin embargo, apuntó que la gente adulta que resulta afectada son por lo general, personas del campo, adultos mayores, que están en una edad productiva que si no son atendidos a tiempo pueden quedar mutilados o terminar con discapacidades, afectando en gran medida a los núcleos familiares.
Serpientes de cuidado
Las mordeduras de serpientes venenosas pueden producir parálisis, con el consiguiente paro respiratorio, trastornos hemorrágicos, insuficiencia renal irreversible o daños tisulares que pueden necesitar amputación y causar otras discapacidades permanentes.
Según el encargado de la Fundación Vivarium, las mordeduras que más predominan en el país son las de Bothrops atrox, mejor conocida como mapanare; y las cascabeles. “La gran ventaja de nuestras cascabeles es que con la maraquita que tiene en la cola, tiende a avisar y muchas veces la mordedura terminan siendo por imprudencia de la persona porque no atiende la señal que está dando el animal de no acercarse, la manipula y es mordido”.
Al respecto, manifestó que el caso de las corales es otro de los tantos por envenenamiento. Aunque aclaró que solo suele ocurrir en un pequeño porcentaje de la población. “Casi siempre los niños son mordidos por corales porque el animal es muy bonito, llamativo y no ven lo peligroso que puede ser. Al agarrarla, se defiende y ataca”.
Agregó una cuarta especie a la lista, la cuaima concha de piña o Lachesis. “Se encuentra hacia el sur de Venezuela, pero está tan internada en la selva que los reportes de mordeduras en el país son bastante escasos”.
Pericia y preparación
En palabras de Flores, Venezuela solo reproduce suero de origen polivalente que funciona para mapanares y cascabeles. La elaboración del antídoto es cada vez más limitada y los expertos carecen de conocimientos para diferenciar entre una especie y otra, así como la cantidad de tratamiento que deben aplicar. “Como nuestro sistema de salud no prepara suficientemente a los médicos, en identificación, diagnóstico de la especie y la sintomatología que traiga el paciente, deciden que es mejor tener un suero que sirva para ambas especies, mapanare y cascabel, de manera que si llega un paciente mordido por una o por la otra, si el médico no tiene la pericia en identificarlo, el suero le pueda servir de igual forma”.
Por otra parte, lograr recibir el tratamiento tras los ataques de estos reptiles venenosos es casi una hazaña, pues además de la tortuosa lucha para hallarlo, es sumamente costoso. “La mayoría de las personas que son mordidas son de bajos recursos. Hablamos que una persona mordida por una mapanare, puede gastar fácilmente en tratamiento más de mil dólares para poder salvar su vida”.
Todo comienza en la escuela
La Fundación Vivarium, entendiendo los riesgos que actualmente se presentan en el país debido a las mordeduras de serpientes, apuesta por la prevención como una oportunidad para reducir considerablemente los casos. Por ello, desarrollaron el programa “Esmeralda va a la escuela” que busca sensibilizar a los niños sobre los peligros que representan las serpientes, entendiendo que ninguna debe de ser manipulada, sea o no venenosa.
También hacen hincapié en la importancia que tienen las serpientes dentro del medio ambiente. “Forman parte de un eslabón en la cadena del ecosistema, y por ende deben protegerse”.
El programa que está por arrancar en el mes de mayo, pretende abarcar varias instituciones y poder llegar a casi 10 mil niños en todo el territorio nacional. “Es algo de provecho, en virtud de que vivimos en un país donde en cualquier lugar puedes conseguirte una serpiente”, acotó.
Es difícil prever en qué momento puedes ser atacado por una serpiente, pero sí puedes evitar ciertas situaciones que propicien una mordedura letal. La Fundación Vivarium continuará desarrollando estrategias en pro de la previsión y del cuidado del ecosistema.
No obstante, como medida de prevención sugiere: “Mantener los espacios de los hogares limpios, no acumular desechos, en los hogares, ni meter la mano en orificios. Evitar caminar descalzos en las noches y usar siempre una linterna en sitios oscuros. Revisar antes de sentarse. Al limpiar un terreno, usar una especie de garabatos, para evitar tener contacto de la mano directamente con el piso. Usar botas de caña larga para impedir ser mordidos, porque la mayoría de las mordeduras ocurren dentro de la pierna y el tobillo”.