El sacerdote chileno Felipe Berríos, reconocido por vivir en un campamento mayormente habitado por migrantes en el norte del país, fue denunciado de cometer “hechos de connotación sexual” por una mujer cuando ella era menor de edad, indicó este martes la Compañía de Jesus.
La denuncia de la mujer, de quien no se dio a conocer su identidad, fue presentada el 29 de abril pasado tras lo cual se “decretó la apertura de una investigación previa canónica, nombrando a la abogada laica María Elena Santibáñez a cargo de esta investigación”, indicó el comunicado de la Compañía de Jesús.
Los Jesuitas activaron “el protocolo establecido por el Centro de Prevención de Abusos y Reparación (CPR) de la institución” y comprometieron “la mayor rigurosidad y celeridad, a fin de esclarecer los hechos denunciados y las eventuales responsabilidades”.
“Mientras se realiza la investigación canónica el Provincial dispuso la suspensión del ejercicio público del ministerio sacerdotal de Felipe Berríos”, agregó la nota.
Desde 2015 Berríos vive en “La Chimba” un campamento montado sobre un basural de la ciudad de Antofagasta, en el norte chileno, considerada la capital mundial de la minería del cobre y hasta donde miles de migrantes -colombianos, peruanos y bolivianos- han arribado en los últimos años a buscar una mejor vida, y con quienes el sacerdote colabora.
Misionero en África y creador de la organización Un Techo para Chile que construye casas para personas que viven en campamentos y que replicó en otros países de Latinoamérica, fue convocado este año por el gobierno del actual presidente Gabriel Boric para ser coordinador nacional de campamentos del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, cargo que desestimó.
La congregación de los Jesuitas de Chile reconoció en un informe en mayo de 2021 que 64 personas fueron víctimas de abusos sexuales -34 de ellas menores de edad-, por parte de 11 de sus clérigos que fueron investigados por la propia orden católica entre 2005 y 2020.
La Iglesia chilena ha estado envuelta en denuncias de abusos desde que en 2010 el influyente sacerdote Fernando Karadima fue denunciado y un año después condenado por el Vaticano como culpable de abusos sexuales a menores.
AFP