El jefe de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, afirmó hoy que defender la libertad y a Ucrania tiene un coste que se debe asumir para favorecer la paz en el mundo y aislar al presidente ruso, Vladímir Putin, durante la conferencia “El Estado de la Unión” que se celebra en Florencia (Italia).
“No existe un problema con los rusos, sino con un individuo, Putin. Queremos debilitar a Putin, pero no queremos apartar a los rusos, queremos que formen parte de un sistema más pacífico“, dijo Borrell en un panel de debate sobre geopolítica y seguridad en Europa, en el que también estuvo el ex primer ministro finlandés Alexander Stubb, en el evento organizado por el Instituto Universitario Europeo para hablar de los desafíos del continente.
Borrell sostuvo que todo apoyo y solidaridad a un pueblo atacado “tiene un coste” y que “el momento de la verdad es cuando hay que pagarlo”: “Hay que entender que defender la libertad y defender a Ucrania tiene un coste, y los políticos deberían ser capaces de explicar a la gente que hay que asumir ese coste porque, si no, podría ser peor”, añadió.
No entró en detalles sobre estos costes, pero el conflicto en Ucrania ha provocado enormes daños materiales en el país, miles de desplazados y una escalada de los precios de la energía y de otros productos que está penalizando a familias y empresas europeas, que deben pagar esas facturas energéticas.
Algunos expertos y analistas en Europa han advertido que una persistente inflación -que superó el 7 % en marzo tanto en la eurozona como en el conjunto de la Unión Europea, según Eurostat- podría poner en peligro la recuperación económica europea iniciada en 2021, tras el varapalo derivado de la pandemia de coronavirus.
El alto representante de la UE opinó que, sin la invasión rusa a Ucrania, “Europa no se habría dado cuenta de que está en peligro”, pero ahora que lo sabe tiene que “afrontar esas amenazas”.
“Con la pandemia nos dimos cuenta de que en Europa no producíamos un gramo de paracetamol porque salía más barato hacerlo fuera. En una crisis, quizá lo que ayer era más barato hoy puede salir más caro”, sostuvo.
La UE tiene una gran dependencia de Rusia, ya que importa el 41 % del gas natural y el 27 % del petróleo que consume de ese país, de acuerdo con Eurostat, y está tratando de buscar fuentes alternativas para reducir estas compras.
En este sentido, los Veintisiete plantean ahora imponer un veto a las importaciones de petróleo ruso y después hacer lo mismo con el gas, sostuvo por su parte en el panel de debate el ex primer ministro finlandés Alexander Stubb.
“Se necesita tiempo, primero el carbón, después petróleo y finalmente gas. Pero hay que hacerlo”, expuso, al tiempo que remarcó que “hay que convencer con palabras” a las sociedades y al resto de países, también de fuera de Europa, de que “lo que está haciendo Rusia está mal”.
EFE