El corazón de cerdo que fue trasplantado a David Bennett, paciente terminal de 57 años, en enero estaba infectado con un virus porcino, según ha informado MIT Technology Review. El citomegalovirus porcino podría ser la causa de la muerte del hombre, que falleció dos meses después de la operación, aunque los investigadores piden prudencia hasta que se esclarezca el caso.
Por 20minutos.es
Descartado el rechazo inmunológico inicial, en un primer momento el que fue el primer trasplante de un corazón de cerdo modificado genéticamente a un humano fue un éxito. Según Bartley Griffith, cirujano de la operación y profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland, el nuevo órgano latía tan enérgicamente en el pecho de Bennett como el de una “estrella de rock”.
Sin embargo, 20 días después del trasplante los análisis rutinarios para controlar la evolución del paciente alertaron de la posible presencia del citomegalovirus porcino. Según declaraciones de Griffith para MIT Technology Review, “los niveles eran tan bajos que el equipo pensó que el resultado podría ser un error, especialmente porque supuestamente se garantizaba que los cerdos estaban libres del germen”.
Dado el riesgo de rechazo inmunológico y de transferencia de virus porcinos a humanos, los cerdos criados para el trasplante de órganos son modificados genéticamente para evitar complicaciones en las operaciones. En el caso de Bennett, el corazón utilizado provenía de un cerdo con diez modificaciones genéticas desarrolladas por la empresa Revivicor, que no se ha pronunciado sobre una posible negligencia.
“Fue sorprendente, se supone que ese cerdo estaba limpio de todos los patógenos porcinos”, ha señalado Mike Curtis, director ejecutivo de eGenesis, una empresa dedicada también a la cría de cerdos para trasplantes de órganos. En declaraciones a The Associated Press, el cirujano Griffith ha explicado que podría tratarse de un virus “latente”, difícil de detectar.
Antecedentes en experimentos con animales
Los experimentos realizados previamente con animales ya habían alertado sobre la posibilidad de transmisión de este virus porcino. Hace dos años, investigadores alemanes informaron de que los corazones de cerdo trasplantados a babuinos duraban solo un par de semanas si el citomegalovirus porcino estaba presente, mientras que los órganos libres de la infección podían sobrevivir más de medio año.
Según Joachim Denner, investigador del Instituto de Virología de la Universidad Libre de Berlín, “la solución al problema son pruebas más precisas”. MIT Technology Review ha sñalado que en el caso de Bennett, se examinó el hocico del cerdo para detectar el virus, pero a menudo el citomegalovirus porcino se esconde más profundamente.
“La muerte de Bennett no puede atribuirse solo al virus. Este paciente estaba muy enfermo. Tal vez el virus contribuyó, pero no fue la única razón“, ha afirmado Denner. En la misma línea se ha expresado Griffith, quien ha subrayado que “estamos comenzando a saber por qué falleció, el virus tal vez fue el actor que provocó todo esto”.