Cinco embarcaciones vinculadas a empresarios “panitas” de Vladimir Putin se lanzaron a épicos viajes por el mundo para eludir el decomiso. No todas pudieron escapar.
Por infobae.com
Desde que las tropas rusas cruzaron la frontera de Ucrania dando inicio a la invasión que sacudió al mundo, el 24 de febrero pasado, Estados Unidos, la Unión Europea y otros países lanzaron duras sanciones contra Rusia y contra los multimillonarios más estrechamente vinculados al gobierno de Vladimir Putin. La cacería internacional de activos y bienes de estos “oligarcas” que rodean al presidente ruso tiene una de sus facetas más espectaculares en los intentos de occidente por capturar decenas de millonarios superyates que, en muchos casos, tuvieron que emprender verdaderas odiseas para intentar escapar al decomiso.
Las tripulaciones de esas naves, bajo las órdenes de sus dueños, se han embarcado en viajes épicos a través de los océanos del mundo. Tan grandes han sido las dificultades que enfrentaron estas embarcaciones que, en conjunto, llegaron a recorrer varios miles de kilómetros para tratar de escapar.
Cinco de estos yates de lujo, con un valor colectivo estimado en 1.700 millones de dólares, recorrieron cada uno más de 5.000 millas náuticas desde el inicio de la guerra -unos 9.2000 kilómetros, más lejos que la navegación entre Los Ángeles y Tokio-, según un análisis de Bloomberg News y Spire, una empresa de análisis, usando datos del sitio Marine Traffic. En total, sumaron más de 33.000 millas recorridas entre todos. Y aún así, no todos escaparon a las sanciones.
Los viajes de los superyates son los más visibles de una serie de propiedades que también emprendieron fugas. Helicópteros, aviones y hasta autos de lujo recorrieron odiseas similares en los 73 días que lleva la guerra.
Simão Oliveira, promotor de Spire citado por Business Insider, dijo que en los últimos meses los yates de los oligarcas rusos sancionados han recorrido más millas que antes y han visitado destinos que antes no visitaban.
De los cinco yates, el Amadea, una embarcación de 300 millones de dólares vinculada al multimillonario ruso sancionado Suleyman Kerimov, es el que más ha navegado desde el 24 de febrero: casi 8.400 millas náuticas -unos 15.500 kilómetros-, según el análisis de Bloomberg y Spire. Los esfuerzos fueron en vano: el barco de Kerimov fue incautado por las autoridades de Fiyi el viernes pasado a instancias de Estados Unidos.
Otro caso es el del yate Clio, de Oleg Deripaska. Valorado en 65 millones de dólares, navegó en total casi 7.400 millas náuticas -unos 13.700 kilómetros- desde el 24 de febrero, según el análisis de Spire. Deripaska, cofundador del gigante ruso del aluminio Rusal, fue sancionado por los Estados Unidos en el año 2018.
Alexei Mordashov, que fue sancionado por la Unión Europa y el Reino Unido, está vinculado al superyate Nord, que ya navegó más de 6.700 millas náuticas -unos 12.400 kilómetros- desde que comenzó la guerra de Ucrania, según el análisis. El Nord, con un valor estimado de 500 millones de dólares, escapó a los intentos de decomiso y regresó a Rusia un mes después de que Mordashov fuera sancionado.
Titan, vinculado al sancionado oligarca ruso Alexander Abramov, recorrió casi 5.400 millas náuticas -10.000 kilómetros- en los últimos dos meses, según los datos de Bloomberg y Spire. El yate fue localizado por última vez en Turquía, tras haber atravesado antes el Canal de Suez desde Dubai.
Un superyate vinculado al sancionado oligarca y dueño del Chelsea Roman Abramovich, el Eclipse, de 700 millones de dólares, recorrió unas 5.200 millas náuticas -unos 9.600 kilómetros- desde que Rusia invadió Ucrania, según el análisis de Bloomberg y Spire. El Eclipse fue detectado por última vez en Turquía, según los datos de seguimiento. Otro superyate vinculado a Abramovich, el Solaris, de 600 millones de dólares, fue reportado por última vez como anclado en aguas turcas, según Marine Traffic.
Turquía -donde Clio, Titan y Eclipse fueron localizados por última vez- no sancionaron a miembros de la élite rusa por la invasión de Ucrania, lo que significa que los yates están a salvo de ser confiscados.