El plan secreto de alias “Otoniel”: SEMANA revela en exclusiva cómo pensaba fugarse y evitar su extradición (Fotos y Video)

El plan secreto de alias “Otoniel”: SEMANA revela en exclusiva cómo pensaba fugarse y evitar su extradición (Fotos y Video)

Eran las 3:00 p. m. del pasado miércoles 4 de mayo. Varios uniformados de la Policía y la Interpol llegaron a la celda de Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel, en la Dijín, donde completaba 193 días desde que fue capturado. El detenido recibió la visita sentado frente a una pequeña mesa, acondicionada en el lugar. Allí se inició el trámite de su extradición a Estados Unidos.

Por semana.com





Uno de los seis policías a cargo de la diligencia, grabada en video y conocida en exclusiva por SEMANA, dejó en claro ese día que había testigos del trámite. “Yo le dejo la copia como está establecido para su nombre y firma”, le dijo a Otoniel, vestido de chaqueta negra, con tapabocas, quien se vio desconcertado en las imágenes.

En el momento en el que el policía le explicó que se trataba del acto administrativo de su extradición, Otoniel solo preguntó: “¿De qué?”, y miró a los uniformados de pies a cabeza. Cuando le notificaron que sería enviado a Estados Unidos en los próximos minutos, se negó a firmar el documento. Otoniel intercambió algunas palabras, mientras movía sus manos en señal de protesta. Un coronel jefe de la Interpol estuvo todo el tiempo frente a la seguridad del capo.

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Su sofisticado plan para evitar una prisión federal había fracasado. SEMANA conoció documentos reservados que prueban que las autoridades colombianas no solamente grababan las 24 horas del día los movimientos del exjefe del Clan del Golfo en su celda (salvo las visitas conyugales) y lo escuchaban de manera legal, sino que descubrieron que tenía dos objetivos en marcha.

El primero consistía en boicotear su extradición mediante maniobras dilatorias en los despachos judiciales. Para ello, el eje central sería una especie de tutelatón de víctimas que alegaban la necesidad de que Otoniel permaneciera en Colombia. De hecho, cuando la Corte Suprema de Justicia autorizó la extradición del peligroso capo, una tutela en el Consejo de Estado le puso un freno temporal al trámite. Sin embargo, ese alto tribunal, el pasado miércoles, levantó la restricción. El presidente Iván Duque, de inmediato, dio la orden de extraditarlo. La polémica estalló. Mientras que gran parte del país y las autoridades de Estados Unidos aplaudieron a Duque y a la fuerza pública, un sector de la oposición lo criticó por haber extraditado al capo supuestamente más rápido de lo normal, aunque ya llevaba casi siete meses tras las rejas.

“En este gobierno no graduamos de estadistas a los delincuentes (…) Aquí nada se ha hecho de carrera. De hecho, este delincuente se hubiese podido ir la semana pasada cuando se dio la medida cautelar del Consejo de Estado. Se tomaron los tiempos, se esperó a que se adelantara el proceso en la sala respectiva. La sala de forma unánime negó esa tutela. Y por eso se procedió”, dijo el presidente Duque.

Justo a la misma hora en que Otoniel era entregado a los agentes de la DEA, otra tutela –que podría haber postergado el operativo– fue interpuesta de afán ante la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia por una mujer identificada como Jessica Tatiana Betancourt Álvarez. El recurso legal se instauró contra el presidente de la república, la Sala de Casación Penal, la Fiscalía, la JEP y todas las partes intervinientes en la extradición del más importante capo de la droga capturado en el país desde la muerte de Pablo Escobar, en 1993.

Otoniel también intentó persuadir a la Procuraduría y a la JEP en una de las audiencias, en medio de la cual se echó a llorar y se mostró como una víctima de supuesto maltrato de quienes lo vigilaban. Solo quería impresionar a los presentes. Todo formaba parte de un libreto.

El segundo plan de Otoniel apuntaba a un traslado de la Dijín a otro centro penitenciario o a un centro médico con el fin de fugarse.

Cumpliendo con todos los trámites legales, el capo fue enviado esa misma tarde del 4 de mayo a Estados Unidos. Encadenado de pies y manos, vistiendo el overol gris, las cámaras lo captaron lanzando madrazos, con los ojos llenos de lágrimas, respirando profundo, inquieto, y luego con su habitual sonrisa desafiante, la misma que mostró el día en que lo capturaron. Ese gesto le cambió apenas pisó territorio estadounidense. Las primeras fotos lo dejaron ver con el ceño fruncido.

En ese país lo espera una pequeña celda en la ADX Florence, considerada la cárcel más segura de Estados Unidos y el mundo.

Allí, en la mitad del desierto, en Colorado, también están detenidos algunos exintegrantes de Al Qaeda, condenados por ser los responsables de los atentados terroristas del 11 de septiembre, el Chapo Guzmán, Simón Trinidad, peligrosos asesinos en serie y otros de los peores criminales de la humanidad.

“Otoniel tendrá un calabozo bien reducido para que se escuche los madrazos (…). Él podrá echar los madrazos que quiera. Ahora sí que va a tener espacio en un calabozo de espacio reducido, sin ningún tipo de lujo o confort, y sin ninguna capacidad de manipulación y de articular algún complot”, aseguró el presidente Duque.

En la Corte de Nueva York, Otoniel se declaró inocente de los cargos por narcotráfico esta semana. “La verdad es que es el colmo del descaro. Estamos hablando del narcotraficante más peligroso del mundo, pero le vendrá una sanción severa en ese país, no tengo duda de eso. Y también no tengo duda de que, una vez cumpla esa condena, tendrá en nuestro país también una sanción severa, proporcional a los crímenes que cometió”, aseveró el presidente Duque.

Los investigadores pudieron establecer que entre los planes del capo estaba lograr que las tutelas fueran agrupadas y que, de una u otra forma, pudieran llegar a ser revisadas por la Corte Constitucional, lo cual tomaría un tiempo de estudio considerable.

Algunas fuentes consultadas aseguran que Otoniel buscaba no ser extraditado bajo el Gobierno Duque con la intención de plantearle una supuesta negociación al nuevo presidente. En ella incluiría un aparente sometimiento a la justicia de otros cabecillas del Clan del Golfo, como alias Chiquito Malo y alias Sipas, quienes heredaron el poder de esa organización criminal.

“Es de entender que para este cabecilla esa figura de ‘sometimiento’ no hacía referencia a volcar todo el Clan del Golfo a la justicia, estaba direccionado hacia intereses criminales de obtener beneficios y reducción de pena, paralelo a dar continuidad a sus actividades de narcotráfico y lavado de activos. Frente a lo anterior, generó contactos y envió mensajes de acercamientos a cabecillas del ‘estado mayor’ como alias Chiquito Malo y alias Sipas ante una aparente entrega de integrantes y rutas para consolidar su ‘acuerdo’ y ‘gesto’ de voluntad con los gobiernos colombo-americano”, señala el informe secreto.

En el caso de los recursos judiciales, la defensa de Otoniel instauró 87 derechos de petición, ocho acciones de tutela, en las cuales vinculaba en cinco a la Policía. En una de ellas pedía la solicitud de ingreso de un abogado estadounidense. De esta manera, según el documento, el capo buscaba “incidir en las instancias judiciales y tratar de ‘burlar’ el aparato de justicia”.

“Alias Otoniel fraguó un plan denominado ‘Las víctimas’, al intentar demostrar que conocía la verdad y que era la manera más clara en demorar su proceso judicial ante la Corte Suprema de Justicia y las diferentes instancias”, dice el reporte, que agrega que el capo buscaba ganar tiempo y manipular todo bajo “un falso esclarecimiento de la verdad”.

En la Dijín, donde permanecía bajo estrictas medidas de seguridad tras ser capturado en octubre de 2021 en el Urabá antioqueño, “Otoniel venía fraguando un plan de fuga”, según se lee en el documento.

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