Los científicos han logrado “revivir” células sensibles a la luz en ojos de donantes de órganos: han restaurado su capacidad para interactuar post-mortem. Los investigadores pudieron recuperar una señal eléctrica única, conocida como “onda b”, que solo se aprecia en los ojos de personas vivas.
Por: Periódico
Un equipo de investigadores de la Universidad de Utah y el Scripps Research Institute, en Estados Unidos, logró recuperar la funcionalidad de las células encargadas de procesar los estímulos lumínicos en el ojo humano después de la muerte: pudieron “revivirlas” y hacer que interactúen en ojos de donantes, incluyendo una “firma” eléctrica distintiva denominada “onda b”, que solamente se detecta en vida.
El descubrimiento, que podría transformar la investigación sobre el cerebro y la visión humana, es desarrollado en un nuevo estudio publicado recientemente en la revista Nature. Según una nota de prensa, los especialistas dirigidos por Fatima Abbas usaron la retina como modelo del sistema nervioso central, para investigar cómo mueren las neuronas ligadas a la visión y desarrollar nuevos métodos para “revivirlas” y recuperar sus funciones primordiales, luego de la muerte de una persona.
RESTAURAR LA COMUNICACIÓN ENTRE LAS CÉLULAS
Se sabe que miles de millones de neuronas en el sistema nervioso central transmiten información sensorial en forma de señales eléctricas: en los ojos, un tipo de neuronas especializadas conocidas como fotorreceptores se encargan de detectar y procesar la luz. Los científicos pudieron “despertar” a las células fotorreceptoras en la mácula humana, que es la parte de la retina responsable de nuestra visión central y de nuestra capacidad para apreciar detalles finos y distinguir los colores.
En el estudio, los investigadores midieron las respuestas provocadas por la luz en los fotorreceptores maculares humanos en los ojos extraídos de los donantes, hasta 5 horas después de la muerte. Así identificaron los factores que impulsan la pérdida de la señalización de la luz después del cese de la función biológica y, al mismo tiempo, diseñaron un método para recuperarlos.
Aunque previamente otros experimentos habían logrado “revivir” a los fotorreceptores, las células parecían haber perdido su capacidad de comunicarse entre sí en la retina. El equipo de especialistas identificó que la privación de oxígeno era el factor crítico que conducía a esta pérdida de comunicación.
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