Una semana después del equinoccio de primavera, en una tarde despejada y calurosa, caminé en medio del frenesí del bazar de Johri, el principal mercado de Jaipur, con sus muros de coral, delicadas celosías y arcos mogoles.
Por: BBC
Quizás fuera un mal momento para aventurarse a hacer turismo en la capital del desierto de Rajasthan, pero era perfecto para medir el tiempo con las sombras proyectadas por el Sol.
Me dirigía hacia el Jantar Mantar, el misterioso portal de India a las estrellas.
A primera vista, este complejo al aire libre -lleno de extraños muros triangulares y escaleras a ninguna parte- parece fuera de lugar: no es ni ornamentado como el Palacio de la Ciudad que lo rodea ni intrincado como el venerado Templo Govind Dev Ji y el cercano Hawa Mahal.
El sitio, una colección de 300 años de antigüedad de 20 esculturas científicas llamadas ‘yantra’ -que pueden medir las posiciones de estrellas y planetas, y decir la hora con precisión-, me había desconcertado desde mi infancia aquí en Jaipur, cuando las estructuras parecían versiones gigantes de las delicadas herramientas que guardaba en mi kit de geometría escolar.
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