Al menos dos personas murieron y otras 28 resultaron heridas, entre ellas cinco miembros de las fuerzas de seguridad de los talibanes, tras un atentado este lunes con un artefacto explosivo adherido a un vehículo en el este de Afganistán.
El atentando se produjo cuando el vehículo con autoridades de los talibanes circulaba cerca de un mercado en Shirgar, en el distrito de Ghani Khil, según afirmó a Efe Hafiz Abdul Basir Zabuli, portavoz de la Policía de la provincia de Nangarhar, donde ocurrió el suceso.
La explosión dejó dos civiles muertos y otras 28 personas resultaron heridas, incluidos cinco miembros de las fuerzas de seguridad de los talibanes, que fueron trasladas a un hospital, reveló el portavoz, que anotó que la investigación sigue abierta.
Por el momento ningún grupo armado ha reivindicado el ataque, aunque Nangarhar ha sido habitualmente reconocido como el principal bastión en Afganistán del grupo yihadista Estado Islámico (EI), que se ha erigido como la principal amenaza a la estabilidad del país desde el regreso al poder de los talibanes el pasado 15 de agosto.
Tras conocerse el alcance de la explosión, la Misión de las Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA) instó a poner fin a las agresiones contra civiles.
“La UNAMA condena el ataque de esta mañana en un mercado concurrido (…) que mató e hirió a decenas de civiles, entre ellos algunos niños. Los continuos ataques contra civiles en Afganistán deben cesar de inmediato”, escribió en Twitter.
Este atentado se suma a varios otros ocurridos durante la última semana en Afganistán, entre ellos la explosión en una mezquita el viernes en el norte del país que causó un muerto y siete heridos, además de un ataque contra un templo de la minoría sij en Kabul, que dejó el sábado al menos dos muertos y siete heridos.
El Estado Islámico reivindicó el ataque al templo sij, así como muchos de los atentados ocurridos en Afganistán contra la minoría chií hazara, a los que considera apóstatas.
Desde la llegada de los talibanes al poder, los fundamentalistas lanzaron varias operaciones contra el Estado Islámico en varios puntos del país, deseosos de demostrar que su regreso había supuesto también el fin de la violencia en el país, pero sin éxito.
EFE.