El padre de Ana Frank logró publicar el diario de su hija en 1947 relatando el día a día de una niña judía escondida del peligro de muerte. Fueron 75 años de lecturas en escuelas y debates sobre el precio que pagan los niños en una guerra, pero hoy el mundo acoge a casi 37 millones de niños huidos de conflictos y violencia.
El 25 de junio de 1947 se publicó en Países Bajos la primera versión en neerlandés del diario de Ana Frank bajo el título de “Het Achterhuis” (La casa de atrás), un libro que se tradujo después a más de 70 idiomas y que, como en España, llegó a formar parte de las lecturas del currículo escolar como testimonio del Holocausto judío.
El amor, la amistad, las ambiciones, los sueños, la intimidad, su percepción de la guerra, el sufrimiento por no poder salir fueron temas que la joven trató con honestidad en las páginas de su diario, un libro que vendió 36 millones de ejemplares estos 75 años.
Annelies Marie, su nombre real, nació en Fráncfort (Alemania) y habría cumplido este mes 93 años. Recibió su diario como un regalo al cumplir los 13 años, lo eligió ella misma en la librería, y antes de empezar a rellenar sus páginas, escribió en la portada: “Espero poder confiarte todo, como nunca he podido confiar en nadie, y espero que seas una gran fuente de consuelo y apoyo”. Eso fue un 12 de junio de 1942, y el 6 de julio se escondió en el Anexo Secreto.
La dirección del escondite, la extensión de un almacén en Prinsengracht 263 de Ámsterdam, llegó a manos de un oficial alemán de las SS, que encargó a su gente acudir el 4 de agosto de 1944 a arrestar a la familia Frank, pero faltan aún evidencias concluyentes sobre cómo llegó la dirección a manos de la Gestapo.
¿QUIÉN TRAICIONÓ A ANA FRANK?
El pasado enero, un equipo internacional liderado por exagente del FBI, Vince Pankoke, publicó en un libro una polémica teoría que señaló a Arnold van den Bergh, un notario judío de Ámsterdam y miembro del Consejo Judío, como la persona que reveló a los nazis el escondite de la niña, a cambio de protección para su propia familia.
Una de las pruebas que mostraron fue una nota anónima entregada en 1945 a Otto, quien, dicen, conocía la identidad de quien les traicionó, pero ocultó el dato por temor al antisemitismo de la posguerra.
“El nombre de Arnold ya estaba ahí. Un detective puso en su informe que Otto le había dado la nota y su nombre fue mencionado por otros autores. Sabíamos que este alegato existía, pero nos asombró que no se siguiera la pista. Toda la información iba cuajando y a finales de 2019 pudimos descartar seriamente a la mayoría de los sospechosos”, explicó a Efe Pankoke.
Pero las críticas no hacían más que multiplicarse, hasta que la editorial neerlandesa del libro, Ambo Anthos, lo retiró.
“En un momento en que el antisemitismo y la negación y distorsión del Holocausto van en aumento, tales afirmaciones potencialmente incendiarias deberían haber seguido un proceso de revisión crítica por parte de expertos calificados antes de ser consideradas para su publicación”, denunció el Congreso Judío Europeo.
LOS NIÑOS, VÍCTIMAS DE LAS GUERRAS
Ana Frank murió de tifus en febrero de 1945, en el campo de concentración de Bergen Belsen (Alemania) y su padre, único superviviente de la familia, encontró el diario más tarde y lo publicó como un importante testimonio del dolor del Holocausto. “Qué orgullosa se habría sentido Ana si hubiera vivido para ver esto”, escribió Otto después.
Han pasado 77 años desde que terminó la Segunda Guerra Mundial, pero los niños siguen siendo una de las grandes víctimas de contiendas en todo el mundo.
Los conflictos y la violencia dejaron un récord de 36,5 millones de niños desplazados a finales de 2021, según estimaciones de UNICEF. A esta cifra hay que sumar desplazados por impactos climáticos y ambientales, pero también a más de 5 millones de víctimas menores de la guerra en Ucrania, la última contienda en estallar en el mundo.
El número incluye a los niños que son obligados a vivir lejos de sus casas por conflictos prolongados como el de Afganistán, Siria, la República Democrática del Congo o Yemen. La población mundial de refugiados se ha más que duplicado en la última década, y los niños representan casi la mitad del total, cuando son un tercio de la población mundial total.
EFE