Son las 10:30 de la mañana de un sábado y en los alrededores de la carretera vieja vía Ospino, en Acarigua, al occidente venezolano, retumban los motores. Son vehículos de alta gama, que desde temprano se enfilaron para participar en una carrera autorizada, anunciada un mes antes, en una ciudad con carencias de servicio eléctrico, como el resto del país, pero con destellos de lujo.
Por: Raylí Luján / Bloomberg Línea
Una mujer acude con sus hijos a disfrutar del evento, que ya se ha convertido en tradición en la urbe más poblada de los llanos venezolanos. Son más de 200.000 los habitantes en Acarigua-Araure, aunque no todos cuentan con la posibilidad de desconectarse de la realidad, asistiendo a estas actividades.
Entre 5 y 15 dólares por persona varía el costo de la entrada. El valor está sujeto al tipo de evento, que puede extenderse durante todo el día, con venta de alimentos y bebidas alcohólicas, que recientemente se han adecuado también al pago de alquiler. Los conductores también deben cancelar un monto por participación y las transacciones son netamente en efectivo. En ocasiones, pueden aceptarse pagos digitales a la tasa del día, dependiendo del estatus de la conexión a internet.
Son las 10:30am y en la carretera vieja vía Ospino, Acarigua, retumban los motores. Son vehículos de alta gama, que participan en una carrera anunciada un mes antes, en una ciudad con carencias de servicio eléctrico, pero con destellos de lujo.https://t.co/rQZAAjvA8Z pic.twitter.com/kGOQNTGfvD
— Raylí Luján (@RayliLujan) July 5, 2022
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