La Comisión de la Verdad de Colombia presentó este viernes en Madrid su informe final que pretende reconciliar al país y arroja duras cifras sobre el conflicto armado, que se extendió durante sesenta años y dejó las terribles cifras de 50.770 secuestros, 121.768 desapariciones, 450.664 asesinatos y 7,7 millones de desplazados forzosos.
En un acto en la Casa de América de la capital española, bajo el lema “Hay futuro si hay verdad”, dos comisionados presentaron las conclusiones del texto que recopila información de 112 bases de datos y testimonios de colombianos residentes en diferentes países del mundo.
Un total de 450.664 personas perdieron la vida a causa del conflicto entre 1958 y 2018, aunque si se tiene en cuenta el subregistro, la estimación del universo de homicidios puede llegar a ser alrededor de 800.000 víctimas.
Respecto a la responsabilidad de los homicidios, los grupos paramilitares fueron los mayores responsables -205.028 víctimas, el 45 %-; seguidos de los grupos guerrilleros -122.813 víctimas, el 27 %-, siendo las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) los que más asesinatos acumularon; y por último los agentes estatales -56.094 víctimas, el 12 %-, de acuerdo al informe.
Según explicó el comisionado Alejandro Valencia, el texto está dividido en diez volúmenes y arranca con un relato histórico del conflicto tomando como base el año 1958 hasta la actualidad.
También analiza las “millones” de violaciones a los derechos humanos del conflicto.
El resto de volúmenes recogen miles de testimonios, haciendo especial énfasis en los campesinos -una de las poblaciones más agraviadas por el conflicto-, los pueblos étnicos, y los niños, niñas y adolescentes.
Respecto a estos se estudia el reclutamiento forzado de menores, 16.000 según cifras de la Comisión, pero también se resalta sus consecuencias, como la orfandad. El texto no se olvida de las mujeres y las personas LGTB y hace hincapié en una de las violencias más frecuentes que recibieron estos grupos, la violencia sexual.
Otro de los capítulos habla sobre las consecuencias económicas, sociales y medioambientales del conflicto y finalmente el de “Hallazgos y Recomendaciones”, que recoge las “grandes conclusiones que la Comisión quiso decirle al país”.
SEGURIDAD Y NARCOTRÁFICO
Según contó Valencia, el apartado final de hallazgos y recomendaciones inicia con un capítulo sobre “la Colombia herida” y menciona los problemas del paramilitarismo, la insurgencia y el narcotráfico, temas que aún marcan la realidad colombiana.
“Pedimos un cambio de modelo de seguridad que debe estar dirigida hacia la paz, no hacia la guerra, es un modelo al que transitar, porque las fuerzas militares fueron intocables en Colombia, no fueron tocados en los Acuerdos de Paz”, dijo Valencia.
En esa línea, demandó también modificar “el sistema de Cooperación internacional”, entorno al narcotráfico, ya que “la fumigación -a los cultivos de hoja de coca- no han funcionado y la criminalización de los campesinos -que la cultivan- no ha servido”.
LA VIDA EN EL EXILIO
El informe hace también un trabajo de recopilación de testimonios “y el conjunto de procesos de victimización” que llevó a miles de colombianos a exiliarse fuera de su país.
El comisionado Carlos Martín Beristain, quien trabajó mucho durante el proceso de redacción con “comparecientes responsables” de delitos, compartió hoy que el conflicto armado ha dejado “más de un millón de personas que tuvieron que salir del país”.
“Esto nos muestra una realidad invisible, el conflicto colombiano dejó nueve millones de víctimas, el 90 % fueron civiles, la guerra se da en la vida de la gente”, estimó.
A su vez, recordó que aun hoy hay “120.000 personas desaparecidas”: “un dolor permanente que no se cierra”.
EFE