“Estoy esperando a mi hijo aquí pero siento temor, esto es horrible”, dijo Alicia*, mientras estaba afuera del Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime) de Parque Central.
Por Crónica Uno
La mujer, de aproximadamente 60 años de edad, manifestó que se siente triste al ver cómo se ha deteriorado Parque Central, en la parroquia San Agustín. En medio de malos olores, oscuridad, soledad, paredes rayadas con grafitis y humedad, los ciudadanos transitan este complejo urbanístico para acudir a los distintos bancos o hacer trámites en el Saime.
“Yo recuerdo que en mis tiempos la inseguridad era prácticamente cero, ahora esto es horrible. Mira cómo han dejado perder la estructura”, lamentó Alicia en una conversación con el equipo de Crónica.Uno.
En abril las cuadrillas de la Corporación para la Construcción y Gestión de Urbanismo en el Distrito Capital (Corpocapital) informaron que habían rehabilitado las áreas comerciales del complejo con 160 oficiales de la policía en bicicletas.
Sin embargo, según algunos vecinos consultados, este plan de seguridad no se ha cumplido. Algunos residentes aseguran que los policías no pasan por esa zona y que solo abundan las personas en situación de calle.
Antonio Díaz vive cerca del complejo Parque Central y contó que siempre hay un grupo de hombres que, presuntamente, consumen sustancias ilícitas.
“Esto es horrible a cualquier hora del día la inseguridad está desatada, aquí debes hacer todas las diligencias temprano porque después de las 3 de la tarde esto da miedo”, agregó mientras hacia la cola para ingresar a una entidad bancaria de la zona.
En un recorrido de Crónica.Uno se observó que las escaleras mecánicas del complejo no funcionan. Asimismo, las paredes están llenos de telarañas, hay escombros, basura y olores nauseabundos que dejan en evidencia el abandono.
Gritos y asaltos
Los vecinos de la zona denunciaron que a partir de las 6:00 p. m. el complejo Parque Central se vacía de visitantes y la soledad se apodera de las instalaciones. Los habitantes observan conductas extrañas de personas que se reúnen para consumir sustancias ilícitas o, en su defecto, cazar a víctimas y robarlos.
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