El ex primer ministro japonés? Shinzo Abe no autorizó la ivermectina contra el coronavirus ni rechazó la vacunación anticovid, como afirman internautas que sostienen que fue asesinado por ser el “principal enemigo” de “los negocios multimillonarios de las farmacéuticas” y, concretamente, de Pfizer.
Tras el asesinato del también expresidente del gobernante Partido Liberal Democrático (PLD) mientras pronunciaba el pasado día 8 un discurso de campaña en la ciudad japonesa de Nara, numerosos usuarios en Twitter y Facebook aseguraron que su muerte se debió a que se había enfrentado a “los jerifaltes del globalismo” al “autorizar” la ivermectina como “cura real” contra la covid-19.
Estos perfiles aseguran que la introducción de la ivermectina en Japón como tratamiento “efectivo” contra el coronavirus comenzó en agosto de 2021 y su “autorización” para administrarla a pacientes con covid había sido anunciada previamente por Abe, según demostraría una comparecencia informativa suya publicada en español por la web de la embajada japonesa en Colombia.
De este modo, añaden las publicaciones virales, la autorización de la ivermectina “cerraría las puertas en Japón a una futura compra de vacunas a la farmacéutica Pfizer”, que sufriría como consecuencia “pérdidas millonarias”. Y esa sería la razón que explicaría su asesinato.
HECHOS: En realidad, el gobernante asesinado no era un antivacunas y la ivermectina no fue autorizada en Japón como tratamiento contra el coronavirus ni durante el mandato de Abe ni después, mientras que los japoneses sí recibieron vacunas anticovid de Pfizer desde el inicio de la campaña de inmunización, con más de 200 millones de dosis administradas hasta ahora.
EL ASESINATO DE ABE NO TIENE NADA QUE VER CON LA VACUNACIÓN
Aunque la investigación sobre el asesinato y sus motivaciones sigue abierta, el presunto asesino, Tetsuya Yamagami, confesó a la policía que se había decidido a atentar contra Abe por la supuesta relación del exmandatario con la Iglesia de la Unificación, una controvertida fe religiosa nacida en Corea del Sur.
El detenido, un exmiembro de las Fuerzas Marítimas de Autodefensa de 41 años, declaró que Abe mantenía una estrecha relación con este grupo religioso, al que el presunto asesino odiaba y acusaba de haber arruinado a su familia.
Según las pruebas recopiladas, Yamagami comenzó a planear su atentado contra Abe el pasado otoño, después de ver en septiembre un mensaje de vídeo del ex primer ministro para una organización afiliada a esta iglesia, y acudió la víspera del atentado a una de las instalaciones de ese grupo en Nara para practicar con el arma. De hecho, la Policía encontró allí este martes restos de munición.
En cualquier caso, nada en la investigación del crimen apunta a que el detenido disparase a Abe por algún motivo relacionado con la vacunación o los tratamientos contra la covid.
JAPÓN NO AUTORIZÓ LA IVERMECTINA PARA LA COVID
Respecto a la ivermectina, Japón no autorizó nunca este antiviral para tratar el coronavirus y tampoco lo administró a enfermos por covid, porque las autoridades sanitarias decretaron que no era efectivo contra la infección. Sí autorizó en cambio el remdesivir, como confirman los documentos de la Agencia de Productos Farmacéuticos y Dispositivos Médicos (PMDA) en 2020.
Frente a lo que aseguran los mensajes difundidos en internet, Abe no anunció que autorizaba la ivermectina en la comparecencia informativa del 14 de mayo de 2020 cuyo texto publicó la embajada japonesa en Colombia.
Por el contrario, el entonces primer ministro precisó que tanto la ivermectina como otros tres medicamentos (avigan, futhan y actemra) debían aún “confirmar su efectividad” antes de buscar la aprobación farmacológica, a diferencia del antiviral remdesivir, que ya estaba autorizado para el tratamiento de pacientes graves de covid y se estaba administrando.
La ivermectina no demostró finalmente ser eficaz para tratar la infección y, por ello, no fue incluida entre los fármacos aprobados en 2020 por el Ministerio de Sanidad de Japón.
Tampoco aparece rastro alguno de la supuesta autorización de la ivermectina en agosto de 2021, cuando los internautas sostienen que se administró en Japón a pacientes de covid. Japón solo aprobó para estos fines el remdesivir y el baricitinib.
De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) desaconsejó el 31 de marzo de 2021 el uso de ivermectina en pacientes con covid por no obtener resultados fiables de su eficacia.
LA VACUNA MÁS EMPLEADA EN JAPÓN, CON 200 MILLONES DE DOSIS
Y, frente a la falsedad de que era el principal enemigo de Pfizer, lo cierto es que, lejos de ser un antivacunas, Abe suscribió en mayo de 2020 un comunicado junto a los presidentes del Consejo Europeo, Charles Michel, y de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en el que se defendía que las futuras vacunas anticovid estuvieran al alcance de todo el mundo y fueran un “bien global común”.
Además, el ministerio de Sanidad incluyó la vacuna de Pfizer en el plan de inmunización contra la covid desde su inicio en febrero de 2021 -con el Gobierno en manos del partido de Abe, aunque él ya no era primer ministro- y los datos prueban que es la más utilizada en Japón, con más de 200 millones de dosis hasta la fecha, un 70 % del total de sueros anticovid administrados a la población nipona.
EFE