Semana: El macabro plan de alias ‘5.7? para sembrar el terror en tres departamentos de Colombia

Semana: El macabro plan de alias ‘5.7? para sembrar el terror en tres departamentos de Colombia

Édgar Ariel Córdoba, alias 5.7, incluía entre sus preferencias coleccionar armas de fuego, utilizadas en sus planes criminales, según las autoridades. – Foto: policía

 

 

 





Revelan detalles inéditos de la captura del hombre que planeaba una matanza en tres departamentos para que el Clan del Golfo tomara el control de los negocios del narcotráfico.

Por semana.com

“Yo soy la persona que buscan, respétenme la vida”. Esas fueron las palabras que dijo el despiadado Édgar Ariel Córdoba Trujillo, conocido en el mundo del hampa como alias 5.7, cuando fue capturado por la Policía. Este personaje, según las autoridades, cumplía un importante papel en el Clan del Golfo, casi al mismo nivel de los actuales cabecillas, alias Chiquito Malo, Siopas, Gonzalito y Rodrigo Flechas, quienes reemplazaron al extraditado Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel. Su misión prometía dejar decenas de muertos y millones de dólares para la organización criminal.

Contaba con un ejército de 200 hombres en armas, otro centenar en redes de apoyo. La orden que le habían dado los nuevos jefes del Clan del Golfo era clara: tomarse a cualquier costo la operación ilegal en Magdalena, Cesar, La Guajira y la Sierra Nevada, la joya de la corona. La guerra contra los Pachenca estaba declarada.

Lo que estaba en juego para estos delincuentes no era otra cosa que negocios ilegales, que mueven toneladas de dinero: narcotráfico, minería ilegal, secuestros, extorsiones, boleteo a empresarios, comerciantes.

En fin, la cadena de rentas al margen de la ley es larga, y por eso el Clan del Golfo necesitaba poner al frente de dicho plan, de tomarse el territorio, a un hombre de sangre fría, despiadado y que no le diera miedo jalar el gatillo o dar temidas órdenes a sus subalternos.

“En mis años de investigador no había visto a un personaje de este tipo, que se comportara como él”, le comentó a SEMANA un hombre de inteligencia de la Policía, quien encabezó la persecución de 5.7 por al menos medio año. Su disciplina militar lo hizo un hombre escurridizo para las autoridades. No usaba celular, las razones eran recibidas y enviadas a través de correos humanos.
Las autoridades lo acusan de haber participado en la masacre de El Salado y reúne antecedentes por homicidio, tortura, tráfico de armas, entre otros. – Foto: policía

 

 

Su rutina diaria cambiaba. Se dormía a las once de la noche, se levantaba a las tres de la mañana, pasaba revista a sus hombres, vigilaba el campamento donde se quedaba, dormía otras dos horas y se volvía a levantar para cuadrar la guerra. Así como era él, escogía a sus matones, no les permitía ser indisciplinados. Alias Michu y alias Loki, sus hombres de confianza, eran a la vez los correos humanos, quienes llevaban a los cabecillas del Clan del Golfo los avances del plan de toma en tres departamentos.

Su captura

Los agentes de la Dirección de Investigación Criminal (Dijín) cercaron a su círculo de confianza. Los hombres de 5.7 no sabían que eran espiados por inteligencia, que se enteró de una reunión con alias Aníbal, otro importante cabecilla del Clan del Golfo, con quien iba a coordinar la matanza contra los Pachenca.

Las autoridades también venían haciéndoles seguimi entos a sus enemigos, los Pachenca, y en una triangulación de comunicaciones se reveló información clave sobre el día, la hora y la fecha de la reunión con Aníbal.

La misión para la Policía era descifrar la ruta que tomaría 5.7. En una carta geográfica definieron los posibles caminos, desplegaron drones, agentes encubiertos, y en una operación relámpago lograron ubicar un taxi que se movía con cuatro sujetos por una vía terciaria, en el desolado municipio de Copey, en límites con el Cesar. Al sentir la presencia de la ley, el conductor aceleró para tratar de escapar, maniobra que fracasó.

Acorralado, este despiadado criminal soltó varias lágrimas, reprochándose por no haber pasado más tiempo con su hija. Solo pidió que le respetaran la vida.

Las autoridades lo acusan de haber participado en la masacre de El Salado y reúne antecedentes por homicidio, tortura, tráfico de armas, entre otros. Sumaba una carrera criminal de más de 20 años en grupos como el EPL, las AUC y el Clan del Golfo.

La captura de Córdoba Trujillo es uno de los golpes más fuertes del recién instaurado Bloque de Búsqueda, con el que se busca ir detrás de los nuevos cabecillas del Clan del Golfo.

Desde su creación, en enero de este año, se han logrado 624 capturas, y 41 integrantes de esta estructura murieron en desarrollo de operativos de la fuerza pública.