Por qué las enfermedades transmitidas por garrapatas tienen en jaque a EEUU

Por qué las enfermedades transmitidas por garrapatas tienen en jaque a EEUU

Esta micrografía electrónica de barrido coloreada muestra las partes de la boca de una garrapata marrón del perro, uno de los vectores de enfermedades más importantes en los perros de todo el mundo. Las garrapatas portadoras de patógenos humanos se están extendiendo en EE.UU., lo que ha provocado un aumento de las enfermedades transmitidas por garrapatas, incluidas algunas que son difíciles de diagnosticar y tratar.
FOTOGRAFÍA DE STEVE GSCHMEISSNER, SCIENCE SOURCE

 

 

 

Nicole Malachowski es una mujer fuerte y dura. Tras licenciarse en la Academia de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos, se convirtió en piloto de caza F-15E que voló en misiones en Irak, comandante del 333º Escuadrón de Cazas y primera mujer piloto del escuadrón de élite Thunderbirds de demostración. Está casada y es madre de gemelos. En 2019 fue incluida en el Salón Nacional de la Fama de las Mujeres.

Por National Geographic

Malachowski era una coronel “full bird” muy condecorada cuando se vio obligada a dejar el servicio militar por problemas de salud. Pero no fue una lesión de combate lo que truncó su carrera: fue una garrapata.

A los 43 años, “fui declarada ‘100 por ciento no apta para el servicio’ y me retiraron médicamente”, dice. Estaba totalmente debilitada: postrada en la cama, confinada en casa, apenas capaz de estar de pie, caminar o hablar. “Creía que era dura, pero estaba completamente destrozada”.

Se necesitaron cuatro años y 24 médicos para diagnosticar finalmente lo que resultó ser un trío de enfermedades bacterianas transmitidas por garrapatas (Lyme, anaplasmosis y fiebre recurrente transmitida por garrapatas), así como un parásito transmitido por garrapatas, la babesia. Malachowski se recuperó parcialmente después de que los médicos le inyectaran antibióticos y medicamentos antiparasitarios, algunos de ellos administrados directamente en el corazón, y se sometiera a un año de fisioterapia.

Aunque su caso es extremo, ilustra un problema de salud pública cada vez mayor: “Cada año vemos más enfermedades transmitidas por garrapatas en Estados Unidos… y más personas expuestas a ellas”, afirma Charles “Ben” Beard, subdirector de la División de Enfermedades Transmitidas por Vectores de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.

Las garrapatas, más conocidas por propagar la enfermedad de Lyme (la enfermedad transmitida por vectores más extendida en el hemisferio norte), albergan eficazmente muchas bacterias, parásitos y virus nocivos que pueden infectar a las personas cuando se enganchan para alimentarse de sangre. Estos minúsculos artrópodos parecidos a las arañas transmiten agentes que causan al menos 16 enfermedades en EE.UU., y muchas más en todo el mundo.

El cambio climático facilita la propagación de garrapatas, mientras que la expansión de los suburbios proporciona un hábitat ideal para los ratones de patas blancas (su principal reservorio de enfermedades) y los ciervos, un huésped clave. Esto significa que las garrapatas están infestando nuevas zonas en las que pueden encontrarse con más personas, a veces en “proporciones de crisis”, dice Thomas Mather, que dirige el TickEncounter y el Centro de Enfermedades Transmitidas por Vectores de la Universidad de Rhode Island.

Los casos notificados de la enfermedad de Lyme muestran un aumento constante durante los últimos 15 años. Pero un estudio reciente basado en datos de reclamaciones de seguros comerciales sugiere que lo más probable es que los casos reales estén infravalorados, y que el Lyme infecta a unas 476 000 personas al año, con unos costes médicos que ascienden a 1000 millones de euros.

La mayoría de las infecciones transmitidas por garrapatas son curables si se detectan a tiempo, aunque no todas responden a los tratamientos disponibles. Algunas enfermedades, como el síndrome de Lyme post-tratamiento, pueden incapacitar o matar. Para complicar las cosas, algunas pueden eludir el diagnóstico. Durante las semanas posteriores a la infección, las pruebas de anticuerpos de Lyme sólo tienen una eficacia del 50%, por lo que los falsos negativos son frecuentes. No existe un panel de pruebas estándar, y “para la detección completa de las enfermedades transmitidas por garrapatas faltan quizá cinco años”, afirma Laura Goodman, investigadora de enfermedades infecciosas emergentes de la Universidad de Cornell.

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