Entre enero y junio de 2022 se registraron en Colombia 377 víctimas de artefactos explosivos, un incremento del 43 % respecto al mismo periodo del año anterior, en medio de una “aumento significativo de la violencia” en el país, alertó este miércoles el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
“Las consecuencias humanitarias de los seis conflictos armados y la violencia que existen en el país siguieron intensificándose de manera preocupante”, indicó el jefe de la delegación del CICR en Colombia, Lorenzo Caraffi, tras la publicación de un informe en el que actualiza la situación humanitaria en Colombia.
Los indicadores de las consecuencias humanitarias muestran que “la población civil sigue sufriendo los peores efectos”, ya que más de la mitad de las víctimas son civiles.
En el primer semestre del año, el CICR también constató “el aumento de la afectación por artefactos explosivos lanzados y de detonación controlada, ya que del total de víctimas reportadas, el 77 %, fueron ocasionadas por este tipo de artefactos”, señaló el organismo humanitario en un comunicado.
Los departamentos más afectados por los accidentes de artefactos explosivos fueron Cauca, Antioquia, Arauca, Norte de Santander y Meta, donde se presentaron el 67 % de las víctimas.
Otro de los fenómenos destacados por el CICR es la desaparición, con 61 nuevos casos en los primeros seis meses del año, todos relacionados con el conflicto armado y la violencia, aunque esta cifra no da cuenta del número total de casos que pudieron ocurrir, advirtió el CICR.
“Esta información evidencia que en Colombia la desaparición no es un hecho del pasado, sino una realidad asociada a la violencia que continúa presente”, alertó la organización.
MÁS DE 70.000 DESPLAZADOS
En el primer semestre del año, el desplazamiento y confinamiento de comunidades tuvo un impacto considerable en varias regiones del país: 29.729 personas se desplazaron de manera masiva (es decir, 10 o más familias tuvieron que desplazarse a la vez por algún evento violento) en 12 departamentos.
Además, 41.074 personas tuvieron que abandonar sus hogares, principalmente por amenazas directas de los actores armados, en desplazamiento individuales, lo que suma un total de más de 70.000 personas desplazadas.
Las zonas del Pacífico colombiano fueron las más afectadas por esta problemática, en concreto el departamento de Nariño, con el 43 % de la población desplazada.
Por otro lado, 19.210 personas estuvieron confinadas por el recrudecimiento de las acciones armadas y la presencia de artefactos explosivos en los territorios. En el Chocó se concentró el 57 % de la población confinada.
Todas estas cifras y análisis territorial han llevado al CICR a concluir que “en algunas zonas las dinámicas se han mantenido, mientras que en otras se han profundizado considerablemente”, como en Aracua, donde el confinamiento aumentó 10 veces.
ATAQUES
Entre enero y junio también se incrementaron los ataques contra la asistencia de salud, con una mayor gravedad de los hechos reportados: fueron asesinados tres pacientes y dos profesionales de salud, detalló Caraffi.
Además se registraron combates y la presencia de artefactos explosivos en proximidad a las instalaciones sanitarias, así como amenazas contra los trabajadores sanitarios, restricciones y bloqueo de los servicios de salud.
Todos estos indicadores “muestran la difícil realidad que enfrentan muchas comunidades en diversos territorios, y aún así no logran reflejar de manera completa el terror y la desesperanza que causan los conflictos armados”, concluyó Caraffi, quien invitó a los próximos gobernantes a que “escuchen” a las comunidades.
EFE