Ignacio Gallardo, conocido entre sus amigos como Gallo, un joven argentino de 25 años, estudiante de arquitectura, se encuentra viviendo una pesadilla inimaginable. Llevaba dos meses visitando el sur de la Florida, alojándose en pleno barrio de South Beach -la zona más turística de la ciudad balnearia Miami Beach-, cuando fue atacado de manera brutal y quedó en coma.
Por Infobae
Todo ocurrió el pasado 23 de julio, alrededor de las cuatro y media de la mañana. Ignacio y un amigo se encontraban sentados en la escalinata del edificio en el que el joven se está hospedando, charlando de manera relajada. Miami Beach es una ciudad con mucha actividad turística donde no es inusual que la gente esté en la calle en horas de la madrugada. Un hombre se acercó a los jóvenes y les pidió dinero. Ignacio le dio un dólar, pero esto no fue suficiente para el hombre, quien sacó un arma y les apuntó.
El amigo de Ignacio le dio la billetera, en la que no tenían más efectivo. Sin importarle que las víctimas estaban colaborando de manera pacífica con sus demandas, el agresor disparó al menos tres veces contra Ignacio. Los tres disparos le dieron en el estómago.
En el video de la cámara de seguridad que se encuentra frente al edificio en el que los jóvenes fueron atacados, se ve el momento exacto en el que ellos están tranquilos, y el agresor dispara antes de huir.
El primero en asistir a Ignacio fue uno de sus compañeros de cuarto (eran al menos tres los jóvenes que compartían apartamento en Miami Beach), Richard Matute, quien dormía al momento del ataque pero salió porque escuchó gritos.
“Eran gritos desenfrenados. Los ojos de él estaban hacia atrás, estaba poniéndose como tieso, las manos se le torcían”, le contaba Matute a la prensa local.
En cuestión de escasos minutos Ignacio estaba siendo trasladado al principal hospital público del condado de Miami Dade, el Jackson Memorial. Dada la gravedad del caso, los médicos decidieron poner a Ignacio en un coma inducido para intentar curar sus heridas mientras el joven no está consciente.
“Lo llevaban al hospital haciéndole reanimación. Se estaba desangrando. Le abrieron el tórax, lo abrieron acá entero para poder cortar esa arteria. Después lo volvieron a operar del abdomen. Cinco cirugías van tratando de salvar su vida”, contaba Fernando Gallardo, el padre de la víctima quien llegó a Miami procedente de Argentina a menos de 24 horas del incidente. El hombre participó de una rueda de prensa junto al vocero de la policía de Miami Beach donde mostraron un identikit del sospechoso y pidieron colaboración para encontrarlo.
“Mi hijo sigue intubado, sedado, en coma inducido. Y le pido a toda la comunidad, por medio de los medios. Veo que hicieron un retrato del posible agresor de mi hijo, le pido a toda la comunidad, a toda la gente que lo pueda conocer o tener alguna información de él, le pido a cada uno que esté mirando ahora, que tengan empatía”, indicaba visiblemente conmovido el padre de Ignacio.
La policía describió al sospechoso como un hombre blanco, hispano, de entre 28 y 32 años, cuya altura ronda alrededor de 1,65 metros y 1,72 metros. Es de constitución mediana, cabello oscuro y sus rasgos principales son que camina encorvado y tatuaje en el cuello del lado derecho, debajo de la oreja, representando símbolos chinos o japoneses. Fue visto por última vez con chaqueta negra, con dos rayas en las mangas.
A quien tenga información sobre el sospechoso se le pide que por favor se comunique de inmediato con la línea de alto al crimen de Miami Dade, que es el 305 471 8477.