Maquinaría pesada en algunos tramos, barro, charcos y la ayuda entre los conductores, es parte del panorama que se vive en la Troncal 10, al sur del estado Bolívar. Las denuncias sobre el mal estado de la vía se han intensificado. Mientras las promesas han aumentado con el pasar de los gobiernos chavistas.
Por Pableysa Ostos / Corresponsalía lapatilla.com
Hace tan solo unos días, Ángel Marcano, gobernador del estado Bolívar, anunció en compañía del Ministro del Poder Popular para Obras Públicas, Raúl Paredes, un “Plan Integral de Atención y Reparación”.
Según ellos durante un recorrido, “se visualizaron los puntos críticos y álgidos, donde comenzarán los frentes de trabajo, que estarán desplegados desde Upata, municipio Piar, hasta Santa Elena de Uairén En Gran Sabana”.
“Aquí está un gobierno responsable dando la cara, inspeccionando la Troncal 10 para darle una solución, vamos a realizar un levantamiento técnico y colocaremos 6 frentes de trabajo, para atacar los tramos Upata-Guasipati, Guasipati-Tumeremo, Tumeremo-El Dorado, El Dorado-KM 88, KM 88-Santa Elena de Uairén”, puntualizó Marcano.
Pero días después del anunció, nuevamente los videos sobre las pésimas condiciones en las que está la vía no se hicieron esperar, “queremos asfalto. No más barro, que lo único que hace es empeorar la situación”, denunció un motorizado.
“La población es la que pasa penurias con toda esta situación. Los autobuses que vienen desde Santa Elena de Uairén, hacen colas y colas durante varios minutos en algunos casos hasta horas para poder pasar”, sumaron.
Por su parte, este fin de semana vendedores de queso y otros productos, no pudieron llegar hasta Ciudad Guayana, porque algunos tramos estuvieron cerrados por los trabajos que están realizando, “en mi caso estaba esperando al quesero, el cual viene desde El Palmar, esa problemática en la vía genera que uno le quede mal a los clientes y pérdidas para ellos”, señaló una comerciante guayanesa.
Tanto conductores como habitantes de los poblados ubicados al sur del estado Bolívar piden a las autoridades realmente abocarse a la problemática y ofrecer soluciones certeras, “ya no queremos más promesas y cuentos. Porque este problema no es nuevo”.
