El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) inauguró este lunes un programa para construir 2.300 casas resistentes a terremotos en el este de Afganistán, golpeado el pasado junio por un seísmo de 5,9 grados que causó la muerte de más de mil personas e hirió a unas 1.500.
“ACNUR está proporcionando los materiales y apoyando los costes de la construcción de más de 2.000 hogares acondicionados para el invierno en los distritos de Giyan y Barmal, de la provincia de Paktika, y 300 casas en Spera, en la provincia de Khost”, indicó el representante del organismo humanitario en Afganistán, Leonard Zulu, en un comunicado.
El plan cuenta con un presupuesto de más de 14 millones de dólares, que incluye la compra de materiales de construcción y la entrega de 700 dólares por familia para cubrir la mano de obra.
“Las provincias de Khost y Paktika han acogido generosamente a miles de refugiados en los últimos años, algunos de los cuales también se vieron afectados por el terremoto”, recordó ACNUR, antes de afirmar que el programa “asegurará hogares para las familias más afectadas” antes de la llegada del invierno.
El terremoto de 5,9 grados tuvo lugar a finales del pasado junio, causando la muerte de más de un millar de personas y destruyendo cientos de viviendas en Paktika y Khost.
Afganistán está sumido en una crisis económica y humanitaria, agudizada tras la llegada al poder de los talibanes hace un año y las sanciones internacionales.
Entre la devastación de décadas de guerra, una sequía severa y otros fenómenos meteorológicos extremos, al menos el 59% de la población necesita asistencia humanitaria según Naciones Unidas.
EFE