En un hipotético ring de boxeo Maduro ha recibido en menos de dos meses tres contundentes golpes de sus adversarios.
Un gancho al hígado, un recto de derecha y un uppercut.
El primero se lo dio el Tribunal Superior de Londres, al negarle el acceso al cuestionado presidente de Venezuela de cerca de mil cien millones de dólares en oro que está almacenado en el Banco de Inglaterra, y allí ese golpe fue duro, certero porque el régimen desde hace rato quería apoderarse de ese oro que está en las bóvedas del Reino Unido.
Allí el gobierno británico reconoció inequívocamente a Juan Guaidó y descartó a Nicolas Maduro. Fue un golpe directo al hígado.
Un fuerte uppercut o gancho le propinó después Argentina.
En este país que el régimen de Maduro cree que es su gran aliado recibe otra vez un golpe que vino de los tribunales .
Un juez federal argentino le rechazó la solicitud de los abogados del régimen de Maduro de incorporarse al juicio y, por supuesto, echo por tierra la aspiración del régimen de tratar de rescatar el avión venezolano retenido en el aeropuerto de Zeiza perteneciente a la empresa Entrasur.
Duro, duro este golpe porque viene de un país supuestamente aliado de Maduro, especialmente desde la vice presidencia con Cristina Fernández de Kirchner.
Y el fuerte derechazo de estos tres raund que ha perdido seguidos, además se lo provocó su aliado y camarada Diosdado Cabello.
Cabello le pidió al presidente de Colombia Gustavo Petro algo que Petro se lo negó de tajo.
El primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela se engolosino y le pidió directamente al presidente Petro extraditar a los opositores que están en Colombia , y de una vez sin agarrar el mínimo respiro el derechazo fue directamente al mentón de Maduro.
Expresó el mandatario izquierdista que en su país Colombia se debe garantizar el derecho internacional de cualquier persona de tener asilo y refugio , por supuesto le negó de tajo la petición de Cabello.
Son tres golpes que ha recibido Maduro que todavía no se tambalea, todavía está fuerte en el poder negarlo sería no reconocer su fortaleza.
¿ Podrá recuperarse ?, ¿ podrá agarrar un nuevo respiro ? o sencillamente estaría próximo a caer en la lona, esperemos.
Lo que si es cierto es que los tres golpes han sido bien fuertes al estilo de aquellos que pegaba el “morochito” Hernández o Pedro Gamarro o Rondón, cualquiera de esos campeones mundiales que donde ponían el ojo ponían el puño.
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@angelmontielp