Con el cambio político y la crisis económica que dieron paso a fenómenos como la migración y el establecimiento de nuevas economías ilegales, emergieron importantes bandas criminales que superaron sus fronteras.
La organización no gubernamental Transparencia Venezuela reveló en su más reciente informe los resultados de un estudio en torno al funcionamiento de las economías ilícitas que nacieron y se fortalecieron en el país vecino durante las últimas dos décadas.
En el estudio se priorizaron trece de las principales organizaciones criminales que tienen presencia en el país petrolero, algunas alimentadas por esas mismas economías ilegales que amparan los órganos de justicia y donde, según la organización, los sistemas de control han sido frágiles, a merced de la corrupción que los cobija.
La oenegé describe un perfil de cada una de ellas, incluidas las disidencias de las Farc y el Eln. Se profundiza en cómo se han conformado estas bandas, quiénes son sus líderes, cuál es su accionar, así como sus relaciones o alianzas con otros grupos criminales.
Ejército de Liberación Nacional
El Eln se fundó en 1964 como un movimiento nacionalista marxista-leninista de Colombia, inspirado en la revolución cubana.
Los departamentos de Arauca y Norte de Santander, fronterizos con Venezuela, han sido sus principales bases de operaciones. Tiene un control férreo sobre diversas localidades de Apure y algunos líderes son jóvenes venezolanos que fueron reclutados.
El Eln se financia principalmente con narcotráfico, minería ilegal, contrabando de combustible, contrabando de ganado, extorsión y otros delitos. Exige tarifas de protección a los migrantes y traficantes que pasan por sus áreas de control en la frontera.
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