¿Bufonada, campanazo de alarma o circo?, por @ArmandoMartini

¿Bufonada, campanazo de alarma o circo?, por @ArmandoMartini

Armando Martini Pietri @ArmandoMartini

El circo continuará mientras a la tramoya concurran aplaudidores de payasos. Se percibe una intriga, un reparto desvergonzado del poder. El ideado consenso emético entre grupos minoritarios sin representatividad ni legitimidad, continua en marcha. La ciudadanía reclama un futuro de oportunidad, digno, libre y democrático, sin importar la sonrisa sarcástica de la injerencia molesta y descarnada del castro-comunismo; agravio del Foro de Sao Paulo y deshonra del Grupo Puebla. Altavoces, no maquinarias eficientes, logrando un campanazo de alarma en Latinoamérica, que sordos no logran escuchar, y otros, sin actuar, alegan demencia conveniente.  

La política en liquidación y servicial se diluye entre concesiones, dádivas y limosnas, a cambio de un espejismo sosegado de una izquierda refinada, moderada, con poco populismo, sin embuste ni violenta. 

Complicada Argentina, para que de repente un sospechoso, casi astracanesco atentado contra la principal causante de los problemas que enredan la vida de los argentinos. Si un país latinoamericano, debería tener menos razones para estar en crisis económica y política, es las Provincias Unidas del Río de la Plata; con formidables extensiones de tierras productivas -que en Venezuela el oficialismo obsequia a terroristas iraníes-, con extraordinarios rebaños de ganado, distinguidos por la excelencia de su carne. Productor líder de trigo y soja, cultivador de vinos de primera calidad. Patria de gente trabajadora, venida a menos por errores propios que no sale de una crisis para meterse en otra.





Uno tras otros malos gobiernos, terminó en las deshonestas manos de los Kirchner, que rodeados de cómplices y encabezando la pandilla, se adueñan de millones de dólares que no son ni han sido nunca legítimos de ellos. Dueña del cargo de vicepresidente de un tonto que seleccionó como presidente, se ha encontrado con una investigación judicial que abre la posibilidad de juicio y cárcel con sentencias exiguas para lo que ha robado y abusado. 

Hablan en demasía. La Casa Blanca bajo la dirección de un anciano despistado. Brasil bailando samba. Ecuador que aisló al extremismo para encomendarse a la experticia, habilidad y conocimiento de un empresario. En Perú el desorden se ajusta y al maestro revolucionario se le arruga el sombrero y en Chile la constituyente propuesta por el castrismo cubano, es derrotada. En Panamá el canal funciona y los disturbios ceden; en Centroamérica los volcanes refunfuñan mientras la ciudadanía gruñe en relativa paz. Europa con la siempre ambigua pendejera permite, mientras gilipollas aferrados al poder con angustia están invitados al averno. Y, en Medio Oriente, fanáticos trastornados y terroristas desquiciados lanzan petardos mientras otros respiran nuevos aires.

En Venezuela, la dirigencia fatua, perdida, alejada de la ciudadanía, sin conexión ni relación social y política, con rechazo bien ganado; timoratos negocian, sin principio ni ética. La justificación, se sustenta soez en reacomodos, espacios y elecciones sin garantías democráticas, efectuadas más que en dictadura, en un ambiente delictivo de entorno criminal. 

El desprecio a la sociedad y su burla al mandato traicionado en las consultas populares, nace de la grosera arrogancia e infeliz autosuficiencia de prepotentes, convencidos son los únicos; mientras el ciudadano y sus luchas, son utilizadas como trámite de intercambio. Los facilitadores entre cohabitadores crecen y el chavismo desarrolla con paciencia su juego tiránico y aterrador. 

La inmensa mayoría no acepta ni tolera que el socialismo bolivariano del siglo XXI, que destruye y entrega soberanía, siga gobernando. De continuar, jamás ocurrirá un cambio. Aun así, un sector -que se presenta opositor- ruega otorgando tiempo al opresor, denunciado por crímenes de Lesa Humanidad y violador de los Derechos Humanos. 

El ciudadano plantea inquietudes, disgustos y aflicciones, con capacidad de marcar camino por encima de las ideologías y lo mucho que falta por resolver. Que deben ser consideradas, atendidas sin perder de vista que, en democracia, la honorabilidad de la luchadora clase media y la combativa de los menos afortunados, son por mucho, más que bolichicos, bandidos y corruptos revolucionarios.

Analizar con sinceridad el objetivo de la lucha. Dar término a la ignominia castrista nos conduce a elecciones libres, creíbles, verificables, transparentes, justas y democráticas, no al contrario. Los aliados no lo serán en otra derrota castrante, desilusionante. De no cambiar las políticas y el liderazgo, negarse a rendir cuentas, no definir estrategia coherente, decir la verdad como propósito indoblegable, pocos acompañarán un nuevo descalabro. 

El liderazgo debe legitimarse para encargarse del camino a recorrer, lo contrario, el tiempo de oscuridad extenderá la pesadumbre y amargura. Las aguas volverán a su nivel, pero, como en el resto de Latinoamérica, no serán las mismas.

@ArmandoMartini