La nueva primera ministra del Reino Unido asumirá el poder tras un “verano de descontento”, en un momento en que los británicos deben apretarse el cinturón en respuesta a una inflación descontrolada y a la disparada de los costes energéticos.
“Sufrimos un impacto históricamente enorme en el coste de la vida y los ingresos”, señala James Smith, director de investigación del grupo de reflexión Resolution Foundation.
“La nueva primera ministra tendrá que centrarse en la crisis actual desde el primer día”, agrega.
Numerosos sectores, desde los recolectores de basura hasta los abogados, pasaron el verano convocando huelgas para reclamar aumentos salariales frente a la inflación.
Los paros tuvieron un amplio apoyo, pero enfurecieron a algunos usuarios enfrentados a cancelaciones de trenes, contenedores desbordados y supermercados vacíos.
Y de cara al invierno, muchos hogares ya están temblando en previsión de un aumento exponencial de los precios de la energía.
“Casi nada parece funcionar en el Reino Unido”, escribía la revista The Economist. Y añadía: “Esto podría empeorar”.
Impacto de la inflación
La inflación alcanzó el 10,1% interanual en julio, su mayor nivel en 40 años, y se encamina a superar el 13% a finales de año.
Esto ha causado la mayor caída de los salarios reales en dos décadas, mientras que las personas con menores ingresos pagan proporcionalmente más por productos como los alimentos básicos.
“Estas subidas de precios han empeorado la situación del país y muchos de nosotros, o todos, saldremos perdiendo”, afirma el respetado grupo de expertos del Institute for Fiscal Studies.
Además, en octubre el organismo regulador de la energía permitirá que los proveedores cobren hasta un 80% más a los consumidores, para reflejar los elevados precios mayoristas globales.
El Reino Unido tiene algunas de las viviendas más antiguas y menos eficientes energéticamente de Europa, además de una lenta implantación de tecnologías verdes como las bombas de calor.
Los hogares más desfavorecidos del país suelen utilizar contadores energéticos de prepago, que desconectan el suministro cuando el saldo llega a cero y les impiden repartir los costes energéticos a lo largo del año, poniendo a muchas familias ante la imposibilidad de calentar sus hogares.
“Creo que vamos a ver verdaderas dificultades e incluso miseria” este invierno, advierte Smith.
La Fundación Resolution propuso aplicar una “tarifa social” con un descuento del 30% para los hogares de nivel medio-bajo.
Europa también experimenta un gran choque energético y Estados Unidos ve dispararse la inflación. En el Reino Unido, “en cierto modo tenemos lo peor de ambos mundos”, afirma Smith.
La Universidad de York calculó que dos tercios de los hogares británicos estarán en situación de “pobreza energética” en enero, es decir, pagando más del 10% de sus ingresos netos en energía.
Los expertos advierten de las graves consecuencias.
“En cuestión de semanas, muchos más padres van a tener que enfrentarse a elecciones imposibles entre comer o calentarse, pero todavía no tenemos un plan del gobierno británico que reconozca la urgencia o la magnitud de esta crisis de precios de la energía”, señala Dan Paskins, responsables de la oenegé Save the Children.
Protestas y huelgas
La multiplicación de las huelgas durante el verano llevó a los medios de comunicación conservadores a establecer un paralelismo con la década de 1970, cuando los paros y las protestas eran generalizadas en todo el país.
Sin embargo, el Instituto Nacional de Investigación Económica y Social subraya que “los huelguistas de 2022 (…) operan desde una posición de debilidad”.
En la actualidad, sólo un 23% de los trabajadores está representado por sindicatos.
Debido al Brexit, al covid-19 y a otros factores, el mercado laboral se ve marcado por una penuria de mano de obra, con menos trabajadores que puestos de trabajo.
Esto afecta especialmente a sectores como el de los aeropuertos, que despidieron a personal especializado durante la pandemia y ahora lo logran contra unas nuevas plantillas, lo que provocó largas colas de veraneantes y la supresión de numerosos vuelos.