Carlos Ochoa: 21 años del 11 de septiembre

Carlos Ochoa: 21 años del 11 de septiembre

Han pasado ya 21 años de los ataques a las Torres Gemelas y el Pentágono, más de 1.000 víctimas y un número impreciso de desaparecidos y restos humanos que no han podido ser reconocidos, las consecuencias de este  acto terrorista partieron en dos la historia de los Estados Unidos, que desde Pearl Harbor no había sufrido un ataque directo en su territorio.

Pero lo más complejo de analizar es el impacto del 11 de septiembre en la psiquis colectiva de los norteamericanos, algo importante detonó un mecanismo de hacer justicia para calmar la ira que como sociedad exigía castigo a los culpables, esa búsqueda alcanzó al líder de Al Qaeda Osama Bin Laden en Paquistán, que fue eliminado en una operación militar  relámpago que ha sido tema de libros y películas, pero  antes de encontrar a Bin Laden, la invasión a Afganistán y la caída de Sadam en Irak desestabilizó esa parte del mundo con una primavera árabe que no ha llevado democracia a la región sino todo lo contrario, los autoritarismos y los radicalismos islámicos son los protagonistas políticos con unos Estados Unidos en retirada militar, que además tiene que dar la cara en otros frentes como Ucrania y Taiwán.

Este breve recuento es necesario  para intentar explicar las contradicciones de las administraciones norteamericanas respecto a Latinoamérica y el Caribe, que han oscilado como un péndulo respecto a los gobiernos de izquierda y derecha que se han alternado en el poder, con un factor nuevo que es  la presencia de China que viene pisando fuerte, Rusia que apoya a los cabros fuera del corral de los derechos humanos, como estrategia diplomática para crear una ilusión de amenaza militar contra USA que no puede hacer creíble hasta ahora, e Irán que si constituye un peligro real para la seguridad hemisférica.





En eso anda Maduro y los Ayatolas, muy pocos conocen las intenciones de Irán pero los Estados Unidos tienen en la lupa esta alianza, dado que Cuba ya no representa un peligro inminente y seguramente con la desaparición física de Raúl Castro, Díaz Canel va a enfrentar una fractura en el ejercito que va a ponerle la lápida a ese anacronismo de sistema que por más de 60 años ha mantenido a los cubanos encadenados y empobrecidos. Los norteamericanos con el pragmatismo que los caracteriza están esperando que un nuevo arbitro grite play ball para entrar con inversiones y reconstruir de las ruinas un país que ha sufrido de más.

El juego a tres bandas incluye además de Cuba, a Venezuela y Nicaragua. Sin la ayuda venezolana y el petroleó que se envía a la isla es imposible que la dictadura cubana se mantenga en el poder, así que la paciencia gringa con respecto a Venezuela se agota porque no quiere entrar de segundo o tercero a Cuba.

Las sanciones a Maduro tienen ese objetivo de las tres bandas, no se trata solamente de restituir el estado de derecho y las libertades, más allá de los principios liberales  están los intereses geoestratégicos y económicos de la primera potencia mundial hoy aporreada por sus erratas.

¿Cómo quedamos los venezolanos en esa partida? La verdad es difícil pronosticar un resultado dada la división opositora que favorece al régimen, Guaidó mantiene el apoyo del gobierno de los Estados Unidos pero su popularidad ha mermado a lo interno, el tema espinoso de las primarias hasta ahora divide y enfrenta, soy de la opinión que hay que estar preparado para cualquier escenario, incluyendo el electoral, pero como no está claro el camino para un consenso, no basta una declaración de buenas intenciones, si esta no forma parte de un conjunto argumentativo que exprese la ruta de cambio y el apoyo de la mayoría.

Las condiciones mínimas de participación deben incluirnos a todos, parece fácil pero no lo es, porque hay casi 7 millones de compatriotas fuera del país que si tienen 18 años pueden votar, Capriles, María Corina, Leopoldo López y hasta el propio Guaidó deben tener el derecho a participar en las dichosas primarias, con las condiciones que ha expresado con claridad la señora Machado.

Pero hay que tomar en cuenta que si bien el electoral es el camino que debe prevalecer, Maduro también juega y convocará elecciones cuando le convenga y crea que están dadas las condiciones para mantenerse en Miraflores, a menos que la realidad le explote y se produzcan situaciones que lo obliguen a cumplir en términos civilizados con las elecciones que nos debe.

En lo impredecible de la crisis mundial puede producirse cualquier desenlace, he insistido más de una vez, que un gobierno sin soluciones, que se mantiene por una alianza de factores de poder es un gobierno sin futuro, con un desenlace previsible de salida, pero para eso hay que hacer la parte que nos corresponde, que empieza por construir la unidad de voluntades en la diversidad.