La ineptitud de las autoridades de la Hidrológica del Caribe (Hidrocaribe) en Margarita pareciera no tener límites y una muestra de eso es lo que padecen los habitantes de San Francisco Javier en Palguarime, caserío cercano a Porlamar, donde desde hace más de seis años se pierden miles de litros de aguas blancas por día, dada la rotura de una tubería matriz.
Por Dexcy Guédez
Anahí Jiménez, una de las más afectadas por la situación, aseguró que desde hace más de dos meses la tubería sufrió una nueva fractura y complicó la situación, porque ya ni agua sale por los grifos de su vivienda.
“Es contradictorio que mientras miles de litros de agua se pierden, nosotros tenemos que sufrir la sequía. Nos vemos obligados a utilizar el agua que corre por las calles, incluso, para bañarnos”, dijo.
Además, denunció que como consecuencia del empozamiento de las aguas, se han generado criaderos de larvas de insectos transmisores de enfermedades como el paludismo y el dengue.
Confirmó que en varias oportunidades representantes de Hidrocaribe han visitado la zona, pero no concretan una solución definitiva.
Igualmente, han sido visitados por funcionarios del Ministerio para la Salud para atender casos de paludismo y dengue, pero son acciones muy limitadas. “Vinieron dos personas de Sanidad y le pusieron unos granitos al agua para matar las larvas y nos dieron un mosquitero a cada familia, pero esa no es la solución que queremos”, recalcó.
La información que tienen los moradores del sector San Francisco Javier de Palguarime es que esa tubería matriz surte de agua a gran parte de las ciudades de Porlamar y Pampatar, que son los sectores más habitados de los municipios Mariño y Maneiro.
Mientras el agua corre libremente por las calles de esa barriada donde habitan 136 personas, el resto de la isla de Margarita sufre la más intensa sequía de los últimos años, alcanzando los ciclos de suministro de agua más retardados de los últimos tiempos.
Iraida Jiménez, dirigente vecinal de la zona, alertó sobre el peligro que se cierne sobre una familia que reside a la entrada del populoso sector, ya que la tubería se fracturó en el patio de la humilde vivienda y como consecuencia se formó un pozo de más de cuatro metros de profundidad, lo que representa un peligro para dos adultos y tres niños que allí habitan.
“Esa casa es una verdadera bomba de tiempo, porque si esa tubería se sigue fracturando, la va a tumbar. Esas personas duermen con un ojo abierto y otro cerrado”, aseveró.
Ante la indiferencia de los jefes de Hidrocaribe en la entidad, exhortaron al gobernador Morel Rodríguez y al alcalde José Antonio González para que les “meta la mano” y no los dejen a la buena de Dios como lo han hecho las autoridades de la hidrológica.
La constante circulación de las aguas blancas por la barriada ha convertido a algunas viviendas en una especie de palafitos.