Reino Unido despedirá a su reina más longeva, Isabel II, con una liturgia de actos solemnes repartidos por toda la semana que culminará el próximo lunes día 19 de septiembre con una ceremonia de pompa y boato que podrá ser seguida en todos los países a través de la pequeña pantalla. Londres se convertirá en el centro del poder mundial con la mayor concentración de casas reales extranjeras y líderes internacionales no vista desde el funeral de Estado de Winston Churchill en 1965. En 2002, unas 200.000 personas desfilaron frente al ataúd de la reina madre, Isabel Bowes-Lyon, y en 1952 hubo colas de hasta 6,5 kilómetros para homenajear a su marido, el rey Jorge VI. El Palacio de Buckingham estima que medio millón de personas asistan a la ceremonia, pero es muy probable que se sean muchas más.
Por larazon.es
Hasta el último detalle del «Puente de Londres», el nombre clave con el que se conoce en los círculos cortesanos la muerte de Isabel II y su entierro, lleva décadas preparándose y fue supervisado hasta el último momento por la propia monarca. Pero la respuesta de los ciudadanos y la atención mediática que ha despertado el fallecimiento de la soberana inglesa ha superado todas las expectativas. El martes llegará el cortejo fúnebre con la reina a Londres y el miércoles el ataúd de Isabel II, envuelto en el Estandarte Real, será trasladado desde el Palacio de Buckingham hasta Westminster donde se instalará la capilla ardiente para que monárquicos y curiosos puedan acercarse a darle su último adiós. El cortejo fúnebre empezará a las 15:22 horas (una hora menos en Londres) y el Big Ben tocará las campanas para arrancar el paso. El ataúd será transportado en un carro de armas por la Royal Horse Artillery Troop, por The Mall, a lo largo de Whitehal hasta llegar al Parlamento, una ruta que se espera esté acompañada por miles de ciudadanos. El rey Carlos III y su familia caminarán detrás del féretro.
A partir de media tarde, Westminster permanecerá abierto las 24 horas durante cinco días seguidos para que los ciudadanos vean el ataúd de la reina, y cerrará solo durante un par de horas por la noche para su limpieza, según detalla el periódico «The Times». Hacia el sábado se espera que empiecen a llegar los miembros de la realeza internacional, líderes mundiales y diplomáticos a Londres. El rey y la reina consorte comenzarán el día recibiendo a los jefes de Gobierno y a los gobernadores de las cuatro naciones. Por la noche, Carlos III y Camilla darán, junto con otros miembros de la familia real entre los que se espera que esté el príncipe de Gales, una recepción en el Palacio de Buckingham para la realeza extranjera.
El lunes 19 de septiembre, la reina Isabel II se convertirá en la primera monarca desde Jorge II en 1760 en celebrar su funeral en la Abadía de Westminster. Al amanecer del último día de luto nacional, los guardaespaldas del rey comenzarán su última vigilia ante el ataúd de la reina en Westminster. A las 10:00 horas las campanas del Big Ben volverán a sonar para conmemorar la jornada. A las 11.30 horas, el ataúd se trasladará en el carruaje utilizado para los funerales de Lady Di y la reina madre. Cientos de miles de curiosos se agolparán en las calles para ver el viaje final de la monarca, mientras el rey y los miembros de la casa real irán en procesión desde Westminster hasta la abadía. Allí, a las 12:00 horas, la nación enmudecerá. El funeral de Estado será televisado y se espera que haya unos 2.000 invitados dentro de la abadía. Se colocarán pantallas gigantes en los parques reales de la capital y en todo el país para que pueda seguirse en directo. Se espera que bata récords de audiencia. Después el ataúd se trasladará de nuevo al carruaje para una última procesión fúnebre hasta el Castillo de Windsor, donde la monarca fijó su última residencia tras el estallido de la pandemia y donde se encuentra descansando el cuerpo de su esposo durante 73 años, el duque de Edimburgo.
En la capilla de San Jorge se celebrará el entierro y será también un acto televisado para que puedan seguirlo los ciudadanos. En la ceremonia el joyero real sacará del ataúd la corona del Estado Imperial, el cetro y el orbe. Un gaitero tocará un lamento al final del servicio mientras el ataúd se baja a la bóveda real donde además del príncipe Felipe descansan otros ocho monarcas británicos.
Después, el rey y su círculo más cercano participarán en un servicio privado en la misma capilla de San Jorge. Carlos III, igual que hizo su madre Isabel II con su padre, esparcirá tierra sobre el ataúd de la difunta reina.