Desde su celda del Buen Pastor, la exsenadora Aida Merlano no solo logró introducir un gimnasio personal y ropa de marca. También hizo varios movimientos financieros y societarios que hoy están en la mira de la Fiscalía y que pueden terminar complicando la situación jurídica de su hija.
Uno de los movimientos en la mira de la Unidad contra el Lavado, se registró en marzo de 2019 —ocho meses antes de su fuga—, y fue el punto de partida del nuevo proceso por enriquecimiento ilícito y lavado de activos que hay en contra de su hija, Aida Victora Merlano, y que EL TIEMPO reveló en exclusiva.
Este diario investigó y estableció que el 8 de marzo de 2019, cuando estaba tras las rejas, la excongresista creó la empresa Esaid S. A. S., con 2.200 millones de pesos.
Para investigadores, se trata de una compañía de papel, que aunque aparece domiciliada en el exclusivo sector de Alto Prado en Barranquilla, nunca se pudo ubicar.
Según los datos entregados a la Cámara de Comercio de Barranquilla, la dirección coincide con un centro ejecutivo. Sin embargo, la Fiscalía busca establecer si se trató de una simple fachada para mimetizar dineros cuya procedencia Merlano no ha explicado.
En la compañía figura como representante legal Aida Victoria Merlano Manzaneda y Jorge Eliécer Merlano Lapeira.
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