Universidades de Teherán suspenden clases presenciales en medio de protestas

Universidades de Teherán suspenden clases presenciales en medio de protestas

Manifestantes protestan por la muerte de Mahsa Amini, en Teherán este 21 de septiembre. EFE/EPA/STR

 

Las principales universidades de Teherán suspendieron este sábado las clases presenciales y optaron por las enseñanzas “online”, una medida que se aplicará a largo de esta semana en medio de las protestas por Mahsa Amini.

Las autoridades educativas han justificado la medida por los dos festivos de esta semana, el domingo por el aniversario del fallecimiento de Mahoma, y el martes por el del imán Reza.

Este mismo sábado comenzaba el año académico iraní y la suspensión de las clases presenciales fue anunciada ayer por la tarde en la mayoría de casos.

La semana laboral iraní comienza el sábado y finaliza el miércoles, con el jueves y el viernes como días libres.

Una persona vinculada a un centro educativo de Teherán explicó a Efe que la suspensión de las clases presenciales ha sido justificado “por comodidad”, pero explicó que en su opinión se debe a las protestas.

Las principales universidades de la capital como las de Teherán, Amir Kabir, Shahid Beheshti o Allame Tabatabaí han sido escenario de protestas durante esta semana por la muerte de Amini tras ser detenida por la Policía de la moral por llevar mal.

Esas protestas sucedieron cuando aún no había comenzado el año académico, pero los centros educativos estaban abiertos con cursos de verano y matriculaciones.

La televisión estatal iraní elevó a 35 los muertos en las protestas que sacuden el país desde hace ocho días en buena parte del país y con fuertes enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad.

El cambio a las clases “online” se produce a pesar de que internet se encuentra fuertemente restringido en el país desde hace días.

El internet fijo se encuentra muy ralentizado, mientras que las redes móviles están siendo cortadas por las tardes y noches para controlar las protestas.

Amini fue detenida el martes de la pasada semana por la llamada Policía de la moral en Teherán, donde se encontraba de visita, y fue trasladada a una comisaría para asistir a “una hora de reeducación” por llevar mal el velo.

Murió tres días más tarde en un hospital adonde llegó en coma tras sufrir un ataque al corazón, que las autoridades han atribuido a problemas de salud, algo rechazado por la familia.

Su muerte ha logrado galvanizar a miles de iraníes a través del dolor y la empatía, a diferencia de otras ocasiones en las que las manifestaciones se redujeron a fragmentados grupos sociales movilizados por la economía.

EFE

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