El periodista Jean Rodríguez describió en redes sociales la grave situación en el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) que, al igual que tantas otras instituciones del Estado venezolano, sufre los embates de la crisis generada por el chavismo.
lapatilla.com
“Renuncias masivas se están registrando en las diferentes delegaciones (…) debido a los bajos salarios que reciben los funcionarios que no les alcanzan para su sustento ni el de sus familias”, comentó el reportero, quien registró el testimonio de diversos funcionarios en distintas regiones de Venezuela.
De acuerdo con sus fuentes, la mayoría de los Cicpc “se están yendo del país con la esperanza de llegar a EEUU, atravesando la selva El Darién”. Recientemente, nada más en Lara, 10 exfuncionarios partieron de su región natal a Colombia para emprender su viaje.
Por tal motivo, las alarmas se prendieron en Caracas, “donde las renuncias de funcionarios en las delegaciones municipales El Paraíso, Caricuao, El Llanito, Santa Mónica y Chacao han sido significativas”.
Según Rodríguez, “la situación es similar en el Zulia, donde los funcionarios prefieren vender jugos o café que seguir sobreviviendo con el salario pírrico que devengan en el Cicpc. En la tierra del sol amado hubo una reunión con el director nacional del Cicpc, Douglas Rico, a quien los uniformados expresaron las precarias condiciones en las que viven y trabajan, pero todo quedó ahí”.
Por si fuera poco, “los paupérrimos sueldos en el Cicpc obligan a los funcionarios a ir a trabajar con hambre, con zapatos rotos y la misma vestimenta en cada guardia. Además de lo poco que ganan deben aportar para cubrir los gastos de papelería de cada división en la que estén”.
Otro motivo de estas renuncias es la carencia de un seguro de salud para los funcionarios y sus familiares. “Tampoco, existe un seguro funerario”.
Inclusive muchas campañas de prevención, de las que tanto hablan los directivos nacionales del Cicpc, son cubiertas por los mismos funcionarios quienes deben pagar los pendones, folletos y volantes que se entregan en cada jornada.
“Lo que gano solo me alcanza para pagar el saldo mensual de mi teléfono”. Esta fue la expresión textual de un funcionario consultado por Jean Rodríguez sobre su situación, quien sin titubeo aseguró vivir “de las dádivas y el apoyo de su familia”.
El mismo funcionario sentenció: “Mira me da tristeza porque se está yendo personal valioso, desde comisarios hasta detectives y los carajitos no tienen futuro en esta vaina”.
Otra adversidad que se enfrentan los funcionarios del Cicpc es la imposibilidad de pagar pasaje desde sus casas a sus centros de trabajo.
“Los pronósticos no son nada alentadores en el Cicpc”, alertó Rodríguez debido a que sus fuentes esperan “que para los meses de noviembre y diciembre se incrementen las renuncias”.